Desde que Tom Cruise anunciara su intención de personificar a Claus von Stauffenberg, el héroe alemán que quiso volar de un bombazo al Führer hacia finales de la II Guerra Mundial, Alemania está consternada. No es gratis. La densa y pensativa capital alemana recibe a Hollywood de la mano de Tom Cruise, el cienciólogo, miembro de la popular secta que un sector del país e incluso de la Unión Europea presionan para declarar ilegal.
Hace cerca de dos meses la bohemia neoyorquina se vio sacudida por el suicidio de una pareja de jóvenes artistas-blogueros-guionistas. Guapos ambos, con una vida divertida y fascinante pero que de pronto dio un giro trágico y con menos de dos semanas de diferencia ella, Theresa Duncan, se bajó un frasco de calmantes mientras bebía su vaso de bourbon y él, Jeremy Blake, retorcido de dolor, caminó mar a dentro hasta desaparecer para siempre el mismo día que ella era enterrada.
¿Qué tiene que ver esta historia con Tom Cruise, la Cienciología y Alemania?, se preguntará quién lea este artículo. En conjunto nada, pero sí comparten un mismo hechizo: la paranoia que desata el actor y la misteriosa institución en la que milita.
La New York Magazine, una de las revistas más leídas de Estados Unidos, le dedicó ni más ni menos que seis páginas a la muerte de la pareja. Allí los conocidos de éstos, en su mayoría artistas y escritores de la fauna neoyorquina y californiana, coincidían en un mismo factor a la hora de intentar explicar tan macabro desenlace para una pareja que no alcanzaba a bordear los 40 años: la paranoia hacia la Cienciología. ¿Y quién aparece desde las tinieblas? El mismísimo señor Cruise sindicado por Theresa Duncan como el responsable de truncarle la carrera en Hollywood a la chica tras el veto inexplicable de uno de sus guiones que la Paramount Pictures ya había aceptado. Pensaban que eran demasiado liberales para la moral tajante de un Cruise profundamente leal a su iglesia. También Beck sale al baile como el responsable de comenzar los conflictos entre la pareja y la Cienciología, que en Estados Unidos tiene calidad de Iglesia. Tanto Beck como Cruise y la Cienciología negaron las acusaciones.
Ahora crucemos el Atlántico, desde la primera economía del mundo hacia la tercera. A la capital misma de Alemania donde un actor bajito, famosísimo y cienciólogo confeso se le ocurre personificar a uno de los héroes del país.
“¡Qué Tom Cruise mantenga las manos lejos de mi padre!”, espetó el hijo mayor de Claus Von Stauffenberg al enterarse que éste personificaría la película basada en la histórica Operación Valquiria. “Debería subir una montaña o irse al Caribe. Me da igual lo que haga siempre y cuando se mantenga lejos de la figura de mi padre”,dijo el indignado Berthold Maria Schenk Graf von Stauffenberg, de 72 años en la única entrevista que ha concedido.
“Es desagradable para mí que un cienciólogo confeso interprete a mi padre…No quiero decir que sea un mal actor. Eso es algo que no puedo juzgar. Pero me temo que de ese proyecto sólo puede salir un kitsch terrible… Esperé por un largo tiempo que este proyecto fuese sólo publicidad por parte de Cruise”, reconoció Stauffenberg, “claramente esto no parece ser el caso. Está destinada a ser basura”.
Según el periódico Süddeutsche Zeitung, el hombre no planea tomar ninguna medida legal para detener la película. “Mi padre es una figura histórica…Incluso si tomara alguna acción contra el film habría un riesgo de sólo estar publicitándola”.
Europa v/s Cienciología, ¿o vice versa?
Dos cosas confrontadas: la figura histórica y la Cienciología. ¿Por qué?
Pues mientras en Estados Unidos y otras latitudes es una Iglesia reconocida y arropada por fieles tan glamorosos – y sin ningún mérito más allá que la fama y el dinero- como Travolta, Kirstie Alley (Mira Quien Habla), Beck o James Packer, el hombre más rico de Australia, en la Europa traumatizada por la Inquisición y todo aquello que imponga algún tipo de creencia por sobre la razón huele mal. De hecho, en el mes de enero en Berlín se abrió en medio de una lluvia de quejas el primer centro de Cienciología, un edificio de seis pisos y 4 mil metros cuadrados en el elegante barrio de Charlottemburg. Algunos vecinos se han quejado de los constantes “acosos” por parte de cienciólogos a los viandantes para “hacer lavados de cerebro”, según recogió la prensa a principio de este año. Los más atemorizados son los padres que temen que sus hijos sean abordados de camino al colegio. Incluso el Secretario del Interior de la ciudad llegó a decir que es “ una organización peligrosa porque opera en un área gris entre la religión, el comercio y las sectas”.
La paranoia contra la Cienciología ha llegado incluso a la corte y los servicios de inteligencia de Berlín estuvieron impedidos de monitorear a la institución tras dos decisiones de tribunales del 2001 y el 2003, según el semanario Der Spiegel. Esto demuestra la rápida reacción de la considerada iglesia frente a la sospecha europea. Según los servicios secretos alemanes, la vigilancia en Internet es una de las estrategias más fuertes de la cienciología para controlar la información que de ella se dice. El sitio web Operación Clambake, administrado por un noruego empeñado en monitorear todos los artículos críticos a la secta, ha sido cerrado en numerosas ocasiones y la institución ha amenazado tanto a proveedores de Internet como a importante páginas como Google para que lo retire de su motor de búsqueda arguyendo que el sitio vulnera información que está protegida por el derecho de autor.
El último grito de alerta llegó hace unas semanas desde Bruselas, ciudad donde está la Comisión Europea y el Parlamento Europeo. Allí, un fiscal que lleva diez años investigando a la Cienciología, que en Bélgica está activa desde hace tres décadas y posee sus cuarteles generales ni más ni menos que entre las dos más importantes instituciones europeas, ha recomendado al gobierno iniciar un juicio contra ésta por organización criminal, fraude y extorsión. El fiscal Van Espen concluye que la misión conduce a prácticas ilegales tanto en medicina, viola la privacidad y usa formas contractuales ilegales para hacer negocios. Las investigaciones comenzaron hace una década luego de numerosas denuncias de ex miembros por sentirse amenazados y extorsionados tras abandonar la secta.
Recientemente, una de los miembros de la Comisión para La Cienciología de Hamburgo, Úrsula Caberta, ha publicado El Libro Negro de la Cienciología. Allí denuncia que la organización es “peligrosa, extremista y ha declarado la guerra en Europa ya que Alemania, Francia y Bélgica son países opresores que deben ser conquistados según la secta”.
Caberta fue más allá al señalar que Tom Cruise recibió recientemente una medalla de valentía por parte de su iglesia. “Esas son actividades solamente premiadas en tiempos de guerra”, apuntó la mujer además de alertar a la UE del fuerte lobby de los cienciólogos en Bruselas para ser declarados religión oficial.
Ingo Heinemann, vocero de la Asociación Federal de Información sobre Sectas, resumió:
“La gente puede llegar a ser sicológicamente dependiente y sus relaciones personales y familiares pueden destruirse como resultado…estamos hablando de una secta que considera que los no cienciólogos no poseen derechos humanos”.
El Show Debe Continuar
Pero más allá de esta lluvia de críticas e ideas conspirativas, lo cierto es que el Estado Alemán ha dado seis millones y medio de dólares para la súper producción dirigida por el mismo de “Superman Returns”. La cifra se hace aguas de ser cierto el dato que publicó la revista People sobre un presupuesto total de 80 millones de dólares. La prensa del corazón, política y social se ha dado un festín con tan célebre familia caminando por la ciudad el mismo año que los Pitt Jolie se compraron una casa en Berlín.
A pesar del accidente durante el rodaje que dejó a once extras heridos y a las amenazas de demandas laborales por parte de estos a la productora, la atención y el glamour sobre Berlín se inscribe perfecto en los planes remodeladores de la ciudad que el año pasado acogió el Mundial de Fútbol y éste celebró la Primera Semana de la Moda berlinesa, en plena puerta de Brademburgo.
Tom Cruise ha dado una sola entrevista desde que anunciara el rodaje, viniera a ver locaciones y se trasladara con su familia para ponerse el traje del oficial nazi. Y lo hizo ni más ni menos que para el Bunte, una revista sobre celebridades que venden muchísimo. Podría haber escogido cualquiera de los numerosos medios alemanes conocidos por su seriedad. Pero no. Allí habló sobre la calidez de los berlineses y rechazó hablar sobre las críticas a su filiación religiosa. “Prefiero no hablar de eso, quiero pensar positivo y concentrarme en la película”.
Claus Von Stauffenberg fue un militar de origen aristocrático que llegó a ser coronel de las tropas nazis. El 20 de Julio de 1944 ejecutó el plan llamado “Operación Valquiria” (de allí el título de la película), un heterogéneo grupo de opositores que desde el ’43 querían eliminar al Führer. Colocó una bomba cerca de Hitler durante una cena aprovechando su cercanía a él. Alguien cambió el paquete bomba de lugar y la detonación ni siquiera hirió al líder nazi. Al día siguiente Stauffenberg fue ejecutado. Desde entonces es honrado en toda Alemania por haber intentado salvar al país.
“Debo una enorme responsabilidad hacia Stauffenberg y los alemanes para quienes su figura significa tanto”, fue la frase con la que Cruise resumió su experiencia. “Creo que es importante mostrar que también hubo resistencia dentro de las filas nazis…Creo que la gente se sorprenderá. La película va incluso más allá. Esperamos ser capaces de mostrar cómo la gente puede preservar e incluso trascender su humanidad en los periodos más oscuros”.
El actor no considera el filme como otra película bélica sobre la II Guerra Mundial.
“Esto es un thriller que ocurre en tiempos de guerra. Es acerca de una misión secreta, un complot, conflicto de lealtades, honor militar, patriotismo, moral y conciencia”, resumió.
Sobre Stauffenberg, Cruise no matiza su admiración. Incluso llegó a decir que no consideró como nazi el uniforme que lo caracteriza pese a serlo: “Él rechazó a Hitler. Viene de una vieja tradición militar y estaba avergonzado de lo ocurrido en Alemania bajo Hitler. Estaba preparado para arriesgar todo, incluso su propia vida. ¡Qué decisión! ¡Qué coraje! ¡Qué amor por su propio país”.
La Historia te Contradice Tom
Para seguir con las polémicas, la figura de Stauffenberg tampoco calza del todo con la idea del actor. Entre los historiadores tampoco hay un consenso sobre el heroísmo del militar. No hay que hurgar muy lejos. El atentado fue el 20 de julio del ’44, sólo meses antes de terminada la guerra. Algunos historiadores creen más posible que el móvil de Strauffenberg fuera tomar el mando ante la inminente derrota de Alemania al ver la incapacidad de un Hitler cada vez más paranoico y delirante de hacerse cago del poder.
Stauffenberg era un militar de las tropas nazis cuando el ’35 se promulgaron las leyes de Nüremberg, conocidas también como la “Ley Para la Protección de la Sangre y el Honor Alemanes”, en la que prohibía las uniones sentimentales entre alemanes (categoría dada por cuatros abuelos germanos) y judíos (establecido por tener algún pariente judío). Además establecía que los “ciudadanos del Reich” eran los alemanes y lo judíos tenían la categoría de “nacionales”. Eso fue el pistoletazo de salida para el amparo legal de toda la barbarie antisemita. ¿Y qué pasaba con el héroe del actor que no cree en la depresión post parto? Ascendía en la jerarquía militar hasta ser coronel mientras su país y sus tropas saqueaban y acosaban a los judíos. Y mientras él seguía luchando por el III Reich millones morían en los campos de concentración y Europa se desangraba por un delirio imperial.
La alabanza del cienciólogo a este extraño héroe se cruza con las declaraciones dadas esta semana por la famosa presentadora alemana Eva Herman quien exaltó algunas ideas del nazismo como la defensa a la familia y el desprecio al feminismo ya que, según ella, “Hace décadas que las mujeres están violando las leyes que aseguran la superviviencia de la especie. Las mujeres tendrían que saber callar más», amén de ser hogareñas y fieles a su marido. Las declaraciones, que parecen el retrato hablado de Katie Holmes, le costaron el despido.
Los 10 lugares que debe evitar si no quiere ver a Tom Cruise
1. Flughafen Tempelhof, (rodaje de su película)
2. Zoologischen Garten, (familia visita a Knut)
3. Gendarmenmarkt, ( la familia vive en el Regent)
4. Fassbender & Rausch, (la familia compra chocolate y …)
5. The Corner, ( la Sra. compra)
6. Bocca di Bacco, (aquí estuvo el chico con Spielberg y Penelope Cruz en su día)
7. Adnan, un Society Lokal en Schlüterstr. 33
8. Salumeria Fiore di Pane, un local en la Ackerstraße
9. KaDeWe (la Sra. compra aquí)
10. Siegessäule ( la familia pasea por el Tiergarten)