Bolaño se va con un salvaje

Conocido como El Chacal, el estadounidense Andrew Wylie le arrebató a Carmen Balcells la gestión de los derechos editoriales y prepara la venta de un libro inédito del fallecido escritor chileno

Antes de morir, Roberto Bolaño estableció que las cinco partes que componen 2666, la novela que escribía con la muerte soplándole la nuca, serían publicadas por separado. Una vez muerto el escritor, el editor Jorge Herralde decidió, en atención al «respeto al valor literario de la obra», publicarla en un único volumen. Al parecer, Bolaño podría ser un maestro en la escritura pero en mercadotecnia era bastante nulo.

Otra voluntad ninguneada del escritor chileno fue la de nunca tener un agente. La relación con su editor, Jorge Herralde (Anagrama) fue más que profesional y su estrecho vínculo con el crítico Ignacio Echevarria, albacea de su obra, sirvió para introducir su innegable talento en el ambiente editorial español.

Pero su viuda, Carolina López, acudió a una agente con los derechos de Bolaño bajo el brazo, a la muerte de su marido. Y no a una cualquiera, sino la más poderosa de España: Carmen Balcells.

Durante estos cinco años Herralde, Echevarria y Balcells han formado la trinidad literaria española que arropaba el legado del escritor. Hasta este 4 de noviembre de 2008, fecha en la que los derechos adquiridos por Balcells sobre la obra del escritor expiran.

Carolina López, quien se ha ido distanciando sistemáticamente del entorno del escritor, ha decidido entregarlos a Andrew Wylie, dueño de una de las agencias literarias más grandes del mundo, conocido mundialmente como El Chacal y señalado por muchos como el agente literario más poderoso del planeta.

La cosecha española del Chacal

Jorge Luis Borges era el único escritor de la órbita hispana que estaba en la agencia de Andrew Wylie. Ahora entra Bolaño, Cabrera Infante y Antonio Muñoz Molina, quienes compartirán banquillo con Philip Roth, Claudio Magris, Orhan Pamuk, Antonio Tabucchi o William S. Burroughs.

Wylie ha declarado que todo esto se fraguó en la pasada Feria de Frankfurt, en la misma donde adquirió los derechos de la famosa novela póstuma de Vladimir Nabokov, El original de Laura. También ha dicho que la compra de los derechos del chileno no fue su iniciativa sino que fue Carolina López quien le pidió que se reunieran para negociarlos.

La viuda llegó a la cita con una carta irresistible bajo la manga, «una novela completa, mecanografiada y meticulosamente corregida a mano» por el autor, escrita antes de su introducción a la informática en 1996, cuando comenzó con Los detectives salvajes.

La aparición de esta novela, titulada El tercer reich, ha sorprendido a todos, partiendo por el mismo Jorge Herralde quien desconocía totalmente la existencia de este trabajo.

La compra de los derechos del autor llegan en un momento clave, el mes en el que su última gran novela, 2666, será publicada en el mercado anglosajón y un año después de la excelente acogida de Los detectives salvajes en Estados Unidos (incluida en la lista de los 100 mejores libros de 2007 por el New York Times).

La viuda discreta y férrea

Carolina López es la madre de los dos hijos que tuvo Roberto Bolaño. Mientras éste estuvo vivo, nunca tomó parte en las decisiones editoriales de su marido pero tras su muerte, el 15 de junio de 2003, tomó el control. Dos años después comenzaba a distanciarse del entorno del mejor amigo de su marido, Ignacio Echevarría, quien hasta entonces oficiaba de albacea de la obra de Bolaño. Aunque ya distanciados, Echevarría trabajó en la edición de 2666 y Entre paréntesis, así como en el libro de cuentos El secreto del mal y en el volumen poético La universidad desconocida.

Durante los años en los que Carmen Balcells ha gestionado los derechos, éstos fueron cedidos para el cine, con el beneplácito de Carolina López. En 2005 se concedió permiso al director mexicano Carlos Sama, de Catatonia Films, para que filmara Los detectives salvajes.

Todo estaba listo para comenzar a rodar a finales de este año pero en julio se notificó al director que los derechos habían expirado (efectivamente se vencían en abril), que no se le renovarían y que además, se tomarían medidas legales de continuar con el proyecto cinematográfico. Por aquel entonces, Sama dijo al diario chileno La Nación: «Debe haber una oferta millonaria detrás».

Fiel al estilo discreto e incluso hermético, López continúa rechazando cualquier trato con la prensa y sólo ha abierto la intimidad de su hogar para el documental Bolaño cercano (2008).

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