EL TANGO DE TRES ‘SUDACAS’

Todos los días a las nueve en punto de la mañana se activa la alarma del celular de Rodrigo Lanza. A su madre, Mariana Huidobro, se le encoje el corazón cada vez que el aparato emite su sonido plástico. Rodrigo no recuerda ya la clave de su celular para desactivarlo. Lo programó para despertarse la mañana del sábado 4 de febrero e ir a buscar a su polola que llegaba de la montaña. Tenía muchas ganas de verla y le pidió repetidas veces esa noche a su mamá que no lo dejara dormir porque quería llegar a tiempo a la estación. Rodrigo nunca escuchó la alarma ese día y no volvió a escucharla más. Tampoco durmió durante esa mañana y mientras su polola caminaba por aquel andén vacío, él dice que la policía española lo estaba torturando.

Seis meses llevan detenidos los chilenos Álex Cisternas y Rodrigo Lanza y el argentino Juan Pintos en distintos centros penitenciarios de Barcelona. Seis meses de sus vidas y quizás cuánto más mientras esperan el juicio que establecerá si son inocentes o culpables de haber lanzado las piedras que dejaron en coma a un policía que hasta el día de hoy no recupera la conciencia. A los chilenos se les acusa de atentado a la autoridad y lesiones graves y arriesgan condenas de 18 años de cárcel. El argentino está acusado de animar a los chilenos y enfrenta una pena menor.

No lo tienen fácil los sudamericanos. La acusación es la fiscalía, la Municipalidad de Barcelona, la Guardia Urbana (una suerte de policía municipal) y la familia de la víctima que permanece en estado vegetativo. La situación es oscura y complicada, más aún si al adentrarse en el caso aparecen dudas que la juez ha desestimado a la hora de concederles libertad previsional a tres personas sin antecedentes. Tanto la Guardia Urbana como el Ayuntamiento se han negado a hablar con la prensa argumentando que no harán declaraciones paralelas al juicio. Los únicos dispuestos a hacerlo fueron los abogados de la defensa. Según ellos y con el atestado sobre la mesa, la única prueba contra los chicos es el testimonio de los tres guardias urbanos que acompañaban esa noche al malherido, que por estas tierras, como en las nuestras, la palabra uniformada siempre es más veraz que la civil. No hay restos materiales, ni huellas dactilares, ni sangre o restos biológicos de los inculpados, ni siquiera existe el arma del delito. Aunque parezca increíble, antes que llegara la policía científica para recoger pruebas quienes custodiaban la zona permitieron la entrada de los servicios de limpieza de la ciudad con sus camiones, mangueras y escobas y la zona quedó limpia y ordenada. Quienes estuvieron esa noche son desestimados la juez ya que los considera miembros de una banda violenta y además arriesgan cargos de pertenencia a la misma si declaran. También descartó la versión de los vecinos porque considera que desde su casas era imposible que vieran con propiedad.

Mariana HuidobroDurante cuatro meses, familiares y amigos de los acusados han marchado cada día en la plaza de la Municipalidad, recogiendo seis mil firmas y repartiendo información para concientizar a los peatones. Ni eso ni la huelga de hambre que mantuvieron por casi un mes los imputados y Mariana Huidobro pudieron impedir que se les negara la libertad previsional y tendrán que esperar hasta el juicio oral desde sus celdas. Rodrigo y Juan, por tener 21 y 22 años respectivamente, esperan en un centro penitenciario para jóvenes. Álex, con sus 25 años, en la cárcel La Modelo, para delincuentes comunes, con sobrepoblación y menor régimen de visitas. Según la juez, pertenecen al movimiento okupa y son extranjeros por lo que pueden huir del Estado Español. De nada sirve que Rodrigo tenga además pasaporte italiano, Juan español y Álex esté casado con una española. Tampoco que tengan domicilio en casas donde se paga el arriendo mensualmente. El contrato no está a su nombre, arguye la juez, como el de la mayoría de las personas que viven en piezas arrendadas y comparten departamento.

AQUEL 4 DE FEBRERO

En Barcelona se viven aires veraniegos y relajados por estos días, todas las oficinas están cerradas y las calles las llenan turistas haciendo fotosíntesis. Los mismo aires que se vivían en Chile aquella madrugada del 4 de febrero cuando el policía cayó al suelo y los chicos fueron detenidos.

¿Qué pasó esa noche? Según recogió la prensa ese fin de semana, se celebraba una fiesta ilegal en una casa okupa y cerca de las seis de la mañana se produjo “una batalla campal” entre una treintena de personas que no podían entrar a la fiesta -ya que los organizadores cerraron las puertas- y los cuatro agentes que custodiaban la zona para evitar aglomeraciones, ruidos molestos o meaderos en la calle denominado por estas latitudes como incivismo. Comenzaron a pelearse y la gente de la fiesta lanzaba objetos contra la Guardia Urbana como también lo hicieron los que se encontraban en la calle. La prensa dijo que habían detenido a nueve personas, entre ellas el autor de la agresión contra el policía malherido.

Hacia las dos de la tarde el alcalde la cuidad compareció ante la prensa y dijo:

“En un proceso de identificación de personas ha surgido un enfrentamiento y de este enfrentamiento se ha derivado que una persona desde adentro del edificio ha lanzado una maceta, pesada, contra la cabeza del guardia urbano y le ha producido una fractura de la base del cráneo. Está inconsciente, en la UTI y su situación es muy grave.”

“Estábamos muy preocupados porque sabíamos que la policía había actuado muy duramente e incluso que había habido tiros al aire y temíamos que un tiro hubiese alcanzado a alguno de los chicos, pero en ningún momento estábamos preocupados por lo que les pudiera pasar a nivel jurídico debido a los cargos que les pudiesen imputar. Si era una maceta que había sido lanzada desde el interior de la casa y los chicos estaban en la calle y nunca habían alcanzado a entrar al inmueble, entonces no había ningún problema. La sorpresa vino hacia el final del día 4 de febrero, 15 horas después de la detención, cuando me comunican que están acusados de tentativa de homicidio, concretamente Álex y Rodrigo. Juan está acusado de atentado. Ahí nos quedamos descuadrados”, cuenta Eduardo Cáliz, abogado y amigo de los acusados que respondió al desesperado llamado de Mariana Huidobro la tarde del sábado 4 de enero.
Mariana visitaba a sus tres hijos que viven en Barcelona. Esa noche estuvo con dos de ellos, Rodrigo y Catalina, hasta las cuatro de la mañana en la casa de unas amigas de Rodrigo que la querían despedir ya que regresaba a Milán, donde vive, el 8 de febrero. Su hijo menor había hecho sopaipillas para la reunión y quiso quedarse a ordenar la casa cuando su hermana y su madre se despidieron de él. “Rodrigo desgraciadamente no se quiso ir con nosotros. Yo no le insistí. En ese tiempo me estaba quedando en la playa y a esa hora no hay tren y hay que tomarse un bus que sale a cada hora y demora como una hora y en tren son sólo 20 minutos. Rodrigo dijo que para qué irse con nosotras si esperaba hasta las seis y se iba en tren”.
Mariana Huidobro acaba de terminar la huelga de hambre que realizó junto a los tres acusados para exigir que se respetara la presunción de inocencia y demandar un juicio sin irregularidades. Está muy delgada aunque ha recuperado parte de los 20 kilos que perdió luego de una hospitalización y se ve cansada. Su sonrisa es hermosa y honesta y su voz frágil contrasta con la fortaleza con la que ha encarado todo. Para referirse al tema dice “esto”, “cuando pasó esto…”. Pareciera que no puede ponerle nombre a su drama. Mariana viene de una familia numerosa, de derecha y de padre marino. Tiene seis hermanos “todos casados y con una montonera de sobrinos. Mi padre no sabe lo que ocurre, se lo hemos ocultado porque es viejo y esto lo mataría. Mi madre, en cambio, lo sabe y me llama dos veces a la semana con la voz quebrada. No lo puede entender. Le escribió una carta a la jueza que me hizo llorar. En ella le pedía que investigara la vida de Rodrigo y de su familia para que se diera cuenta de a quién estaba acusando”.
¿Cuándo te enteraste de lo que había pasado?
Nos despertamos con una llamada de la ex novia de Rodrigo “¡Mariana!” gritaba ella, “a Rodrigo le pegaron, lo dejaron aturdido, está sangrando y lo llevaron detenido. ¡Es grave, ven que es grave!”. Yo partí con lo puesto y la Cata, que aún no reaccionaba y que tenía que ir a trabajar, me dijo que llegaba más tarde. Partí donde estaban los chicos y todos habían sido golpeados, una de ellas estaba con la oreja rota, había otra muy herida pero no se atrevían a ir al hospital porque estaba la policía. Esa noche dispararon al aire y algunos vieron que Álex había caído al suelo luego de un balazo. Yo estaba más preocupada por Álex que por Rodrigo.
¿Estuviste yendo a las comisarías?
Todo el día y me decían: “Señora, no le podemos dar información pero si su hijo está acá, quédese tranquila que no le va a pasar nada”. Eso es lo que más rabia me da, que me decían eso y él estaba en todos esos lugares mientras lo torturaban. Estuve varias veces yendo de una comisaría a otra y me tomaron los datos. Llegaron mis hijos y cuando vieron que no me daban información avisaron en sus trabajos que se quedaban conmigo ese día. Llamé a Eduardo, el abogado, porque estaba en la libreta de direcciones, con Rodrigo se conocían de antes. Hicimos el Habeas Corpus y estuvimos toda la tarde en el juzgado de guardia. A las nueve nos dijeron que lo rechazaban ya que al tener él 21 años tenía derecho a una llamada y si no la hizo era porque no quería hablar conmigo. Luego le pregunté a Rodrigo y me dijo que nunca le ofrecieron una llamada”.

TESTIGO PRESENCIAL
No fue fácil encontrar a alguien que estuvo esa noche durante los altercados y que quisiera hablar con la prensa. Después de muchas gestiones llamó una mujer que no quiso dar su nombre y que llamaremos chica X. Quedamos en el mismo lugar de los hechos, la calle San Pere Mes Baix. Es un barrio del casco antiguo, una típica zona residencial con callejuelas de una vía muy estrechas, veredas minúsculas, edificios viejos y pequeños comercios. Intensa vida de barrio con vecinos ya mayores que han crecido allí y mucha inmigración magrebí, latinoamericana y africana quienes aportan la mayor cantidad de niños. La zona es privilegiada ya que se encuentra bien comunicada y está a muy pocas cuadras de la catedral de la ciudad y de la Municipalidad que están en el barrio gótico. Hace diez años era un barrio deprimido y sin mayor interés, pero desde que el motor comercial de la ciudad y de toda España es la especulación inmobiliaria y el precio del suelo ha duplicado los últimos seis años, voraces intereses comerciales lo acechan.
La calle San Pere Mes Baix es de las pocas que tiene el barrio que comunica con dos avenidas grandes que conectan con el metro, los trenes y los buses, por lo mismo es una vía muy concurrida que no supera los cuatro metros y medio de ancho con vereda y calle. La cita con la chica X es en el número 55, en el clausurado teatro ocupado, un edificio enorme de tres pisos, con ventanales y puertas debidamente tapiados con ladrillos. Es una europea nerviosa, enérgica y con movimientos un poco torpes. Entramos en un bar cercano, pide un carajillo (café con un poco de cognac) y me ofrece un cigarro.
“Veníamos de la despedida de Mariana con un grupo de gente. Estaban Álex y Juan y yo venía conversando con Rodrigo. Íbamos muy tranquilos y queríamos tomar el metro. Cogimos una de las calles que llegan a San Pere Mes Baix. Vimos una patrulla en esa calle y dos guardias urbanos. Al girar a San Pere había dos policías más que no nos dejaron pasar diciendo que la calle estaba cortada. Había gente afuera que quería entrar a la fiesta que hacía mucho ruido. Yo no me dí cuenta que el ambiente estaba denso, veníamos tan tranquilos … me lo contaron luego. Rodrigo le dijo al policía que lo dejara pasar, que no quería entrar a la fiesta, que tenía que tomar el metro y de muy mala manera le contestaron que no. Nos giramos para hablar con otro policía y nos dijeron que tampoco podíamos retroceder, que teníamos que darnos una vuelta enorme para tomar el metro. Empezó una discutir y la policía comenzó a empujar, se acercó la gente, los de la fiesta gritaban asomados por las ventanas. De pronto a Rodrigo le pegaron con un palo en la cabeza que lo botó al suelo y quedó aturdido, lo sé porque yo intenté levantarlo y no pude. Entonces me empiezan a pegar a mí como nunca me había pasado. Me golpearon en las piernas, en la espalda y en la cabeza. No sé cómo llegaron un montón de policías en camiones y se bajaban con los palos y le pegaban a todos. La gente gritaba “¡corran, corran!”. Me levantaron dos amigas y salimos corriendo. Álex estaba con una chica que tiraron al suelo y Álex al levantarla le pegaron en la cadera tan fuerte que aún le duele y no pudo correr. Juan iba tratando de escapar y le pegaron, le arrancaron un dreadlock de un tirón. Yo corría por la calle en dirección contraria a los camiones de policías que entraban por la calle y me agarró una mujer policía y me pegó y me preguntó de dónde era, me soltó y me fui a casa. No me enteré de lo que había pasado hasta horas después. Nunca pensamos que podría pasar algo así, era simplemente la Guardia Urbana y no los Mossos d’Esquadra (policía autonómica con más competencias, encargada de terrorismo, inmigración ilegal, entre otros)… Y ahora se ha acabado todo, siento que la vida está paralizada por esto, se acabaron los planes.”

¿Declaraste ante la juez?
“Al comienzo no porque la jueza dice que los que estábamos esa noche en la calle éramos parte de un banda y si yo declaraba me podían enjuiciar por pertenencia a la banda. Además que nunca imaginé que pasaría lo que está pasando. Cuando vimos todas las mentiras de la policía nos juntamos con un grupo de lo que estábamos esa noche y quisimos declarar pero la jueza no lo permitió porque dice que no lo hicimos a tiempo, aunque fue durante la instrucción del proceso.”
¿Por qué crees que la policía detuvo a estos tres chicos entonces?
“Porque tenían rastas y “estética okupa” como dicen ahora”.
La chica X pronuncia esta frase con un gesto de rabia e ironía. Cierto es que desde que comenzara el boom inmobiliario en Barcelona los okupas se han convertido en terroristas ante los ojos oficiales y desde una convivencia con sus altos y bajos han pasado a desalojos violentos y persecuciones policiales. En España hay más de tres millones de viviendas vacías y uno de los grandes problemas ciudadanos es el habitacional. El lema de este movimiento social europeo ‘Lo que no se usa se okupa’, viene a ser un grito de guerra a oídos de quienes amasan fortunas con la especulación inmobiliaria. La “estética okupa” es el símil de nuestra penosa detención por sospecha. Tanto es así que la noche de los altercados detuvieron a un par de desafortunados que se habían caído de una bicicleta y al ir hospital coincidieron con la policía que procedió a detenerlos porque correspondían con las descripciones dadas por sus colegas. Dreadlocks, mullets (corte chocopanda), ropa desgarbada, accesorios punks son a grades rasgos la estética okupa.
Se detuvo a un total de nueve personas esa noche. Cuatro que salieron de la fiesta en ese momento, Álex, Juan y Rodrigo y al par de infelices que fueron al hospital. Los únicos que siguen en prisión son los sudamericanos. Todos los demás eran europeos y han salido en libertad con cargos a la espera del juicio.
“La jueza distingue dos momentos diferentes. El primero, cuando se lanza el objeto y el policía cae y el segundo cuando se abren las puertas de la fiesta y comienza a salir la gente y a tirar cosas a la policía para evitar la detención de los chicos. Nosotros no entendemos es por qué en ningún momento se ha investigado si desde dentro de la fiesta se lanzó el objeto que botó al policía. Porque lo que todo el mundo reconoce es que dentro de la fiesta sí que se tiraban objetos”, explica el abogado.
Curiosamente, en una ciudad donde las cocinas cierran por ley a media noche, los bares a las tres y las celebraciones privadas se acaban a la primera queja vecinal, esta fiesta continuó hasta las seis de la tarde del 4 de febrero cuando se fueron las quince personas que quedaban dentro, y más raro aún, nadie fue detenido.
“Tuvimos que esperar a que salieran los últimos de la casa para poder entrar”, recuerda David Casals, periodista de El País que ese fin de semana estaba de turno. “La casa era un lugar enorme lleno de macetas y barras de hierro. Habían habido cerca de mil doscientas personas y estaba todo muy revuelto”.

Versiones contradictorias
Según lo recogido en el peritaje, la banda de okupas liderada por Rodrigo Lanza se enojó porque no les permitieron entrar a la fiesta y fueron por piedras y palos que arrojaron a la policía. El tiro mortal lo hizo Rodrigo, una segunda piedra inmediata Álex y Juan los vino a aleonar. En el informe dice que estaba sólo esta patrulla porque no llegaban refuerzos, algo curioso ya que Barcelona, desde los atentados de Atocha, está llena de policía y camiones policiales a cada hora, más aún en el centro de la ciudad. Tantos uniformados aparecieron de un momento a otro que la ambulancia no pudo entrar a socorrer al policía y un médico y una enfermera tuvieron que correr hacia donde lo habían movido a resguardo sus colegas. El médico declaró que al preguntarle a los policías qué le había sucedido al hombre ninguno de los tres supo responderle. Nadie estaba a cargo de la acción, en su primera fase la policía actuó por reacción policial.
“El 5 de febrero se realizan la declaración en comisaría y veo a los chicos que tienen síntomas evidentes de haber sido agredidos”, cuenta Cáliz. “Les pegaron en comisaría y durante la detención. Uno tenía sangre por todo el rostro, otro dos brazos vendados y otro un brazo vendado y la camiseta llena de sangre, heridas y moretones en los ojos. Ellos no declaran y hasta el día siguiente cuando pasan a disposición judicial. Nosotros, los abogados, no podemos ver el atestado hasta entonces y vemos que no los acusan de lanzar ninguna maceta y que la versión de la maceta no aparece en ningún lado sino que figura que los chicos lanzaron una piedra y esta piedra golpeó al policía que cayó hacia atrás produciéndose las lesiones. A lo largo del procedimiento contratamos a unos peritos privados porque no creemos que esta versión sea cierta y efectivamente los peritajes descartan que una piedra lanzada desde la calle pueda producir estas lesiones. Primero porque el policía no tiene ningún impacto en el rostro, tiene una contusión simple doble, lo que significa que está en dos lados a la vez. Con esto descartan que pueda ser una piedra sino un objeto plano, que abarque todo el hueso de la frente.
¿Donde le llegó el golpe que lo dejó en coma?
La herida que le provoca la lesión la tiene en la parte posterior derecha del cráneo. Las lesiones no son directas por la herida, son unas lesiones producidas por contragolpe. Esto es lo que le produce la desaceleración de la masa encefálica. La versión de la policía es que le impacta en la frente, cae en plancha hacia atrás produciéndose las lesiones.
“El informe nuestro, realizado por peritos de medicina legal y forense de la Universidad de Barcelona, lo rebate porque no existe este golpe primero, no hay nada que lo demuestre. Además que la caída hacia atrás no puede producir la desaceleración hacia arriba y sin embargo, todo es más lógico si el policía estuviera con el cuerpo hacia adelante, le cayera el impacto desde arriba y caería hacia el suelo, que es lo que le produciría el impacto bilateral y produciéndole la desaceleración de la masa encefálica”.

La Tesis del Montaje
“A estos chicos les están cargando el muerto. Alguien tiene que pagar porque hay un urbano en coma” dice un vecino del barrio que prefiere no identificarse. Es un hombre mayor que vive desde hace décadas aquí y que junto a otros vecinos pasa las tardes en una plaza improvisada conocida tristemente como El Forat de la Vergonya (el forado de la vergüenza), frente a donde se produjo la detención. Hay huertas, plantas, juegos para niños y una pequeña cancha de fútbol que cuidan y riegan ellos mismos ya que la Municipalidad no hace más que desarmárselos. “Se consiguieron fondos europeos para hacer una zona verde y llevamos años con estos peladeros y presionan a los vecinos con contratos baratos e indefinidos para que abandonen sus casas y poder construir viviendas de lujo para ricos. Algunas casas okupas nos han ayudado mucho, es por eso que ahora dicen que estos chicos son okupas, para criminalizar al movimiento. Lo mismo que los del teatro ese, tampoco eran del colectivo, eran unos delincuentes.”


La Anarko Peña, como se llamaba el teatro ocupado, era un lugar caótico, conocido foco de venta de pastillas desde hace algunos años. Muchos vecinos dicen que se trapicheaba con drogas, que autos caros paraban brevemente por las noches frente a la puerta. Además, subarrendaban habitaciones y tenían un bar ilegal. El inmueble había sido comprado en expropiación por la Municipalidad a fines del año pasado que extendió una orden de desalojo, muy esperada por lo vecinos, el 30 de enero. La fiesta estaba anunciada igual para el día 3 y la policía precintó el recinto el mismo viernes 3, lo que significa que clavaron una gruesa plancha acrílica en la puerta para impedir la entrada. Aún así, rompieron el precinto, cortaron la calle para descargar alcohol y equipos de música y la fiesta comenzó. Los vecinos, como cada fin de semana, hicieron sus llamadas habituales para quejarse. La policía mandó sólo una patrulla con cuatro oficiales armados con palos y sin cascos.
Los días que sucedieron a los confusos hechos el barrio se llenó de policía y comenzaron a limpiar y clausurar el local. Hubo vecinos que dicen haberse sentido amedrentados. Muchos no quieren hablar.
Tanto la asociación de vecinos del barrio, como la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona, el Colegio de Abogados de Cataluña y la Organización Justicia y Pau apoyan a los muchachos y exigen un juicio justo debido a las numerosas irregularidades, además para denunciar la tortura a la que fueron sometidos los días siguientes a su detención. Amnistía Internacional se encuentra investigando el caso.
El embajador de Chile en España, Osvaldo Puccio viajó dos veces a Barcelona para visitar a los detenidos y llamó cada día a Mariana Huidobro pidiéndole que depusiera la huelga de hambre.
“Mandamos una nota al gobierno español poniendo atención en el tema. Nosotros comprendemos que es materia rigurosamente judicial y que ahora pasa a una nueva instancia y que es el marco en el que debe resolverse todo”, dice el embajador.
Hasta donde se sabe, son sólo pruebas verbales y no materiales las que los acusan, ¿no?
“Bueno, todo eso es mérito del proceso que a la embajada no le corresponde ni pronunciarse ni opinar sobre eso, lo verán los jueces que juzgan y será el poder judicial español quien lo decida y la embajada no tiene y no podría tener opinión sobre ese punto”.
Lamentablemente la acusación aún no ha querido hablar con la prensa. Es agosto en España y todo está cubierto de su indolencia estival.

9 pensamientos en “EL TANGO DE TRES ‘SUDACAS’

  1. Es un rumor que circulaba por Barcelona… «La AnarkoPeña» los que llevaban más o menos todo el tinglado del teatro de la calle «Sant Pere més baix», eran confidentes de la policía. ¿Porque colaboraban y porqué? Pues ni idea, pero es habitual que en sitios donde corren muchas substancias ilegales (pastillas de todos los colores y drogas para todos los gustos), la policía prefiera utilizarlos como fuente de información. No tengo datos concretos acerca de todo esto (de lo contrario esto ya no seria un rumor), pero seguramente lo que se cocía dentro de ese teatro era bastante oscuro y enredado. Se prefiere cargar el muerto a unos «sudakas» antes que investigar donde hay demasiada mierda por remover. Todos los que conocíamos ese lugar sabíamos que no iba a terminar de manera habitual, con el típico desalojo.

    Es lo mejor que he visto escrito acerca de Álex, Rodrigo y Juan. En un tono muy humano y sin dejarse ni un detalle importante. No como los «mass mierda oficiales».

    Por cierto «forat de la vergonya» lo traduciría al español por «agujero de la vergüenza».

  2. Hola Angela, buenisimo el reportaje (caso que conozco de cerca). Desde hace un par de meses leo tu blog en el que cai por pura casualidad y despues, comentando, resultaste conocida de un amigo. Me aprovecho de la pregunta de Gracia y tomo nota de tu mail. Doblemente colegas?… ademas trabajas en joyeria, no?

  3. si carlos lanza esta leyendo esto, por favor quisiera contactarme contigo. Soy Carla, de Arica.

  4. Lanza lo ha vuelto a hacer ahora mortalmente y por la espalda, que pensáis todos los que habéis apoyado a este criminal y a su familia? Creo que el único honrado aquí son sus abuelos, cuando alguno de vosotros caigáis por un contrario, espero tengán el mismo trato, donde las dan, las toman

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