Esta es la historia de un niño colombiano que creció en un mal barrio de Estados Unidos, traficó cocaína por el primer mundo y un día cayó en prisión. Esta es la historia de un tipo que dentro de la cárcel se puso a fabricar camisetas con frases llamativas como «De puta madre», «Cocaína» o «Manicomio criminal», y hoy en día factura 35 millones de euros al año (unos 22 billones de pesos) y ha convertido la marca De Puta Madre en todo un referente de moda urbana en Europa.
Hace dos años se celebró en Barcelona por primera vez el Bread&Butter, la feria de marcas selectas más importante del mundo. Era evento exclusivo de Berlín pero dado el éxito, sus organizadores optaron por hacer el mismo encuentro, con semanas de diferencia, en ambas ciudades europeas. Mercaderes del mundo de la moda venidos de lugares tan lejanos como Irán, Japón, Dinamarca o Brasil deambularon durante tres días por el recinto ferial de tres pabellones inmensos donde las marcas más selectas de streetwear tenían sus colecciones expuestas. Los controles de seguridad eran muy exhaustivos para que no se colaran espías de marcas de masas como Mango, Zara o H&M y copiaran los exclusivos diseños en talleres asiáticos para luego venderlos baratos y con materiales y factura de baja calidad. Nunca se vio tanto coolhunter ni fashion victims juntos.
Los expositores eran como pequeñas boutiques, algunas con pasarelas en vivo que rodeaban toda la tienda, otras con mobiliario especial, algunas con performance esporádicas. Pero sólo una llamaba mucho la atención. Había montado un laboratorio de síntesis de droga como decorado y siempre estaba llena a rabiar. Era De Puta Madre, una marca italiana de camisetas, gorros, pantalones, zapatos, ropa íntima y material escolar bastante simple en confección pero muy llamativa y que acuñando la frase ibérica por excelencia a la hora de describir que algo está bien (“de puta madre”) simplemente arrasaba entre los visitantes que desde el primer día no paraban de preguntar donde quedaba el stand.
No era la primera vez que su creador vivía tanta demanda por sus productos en Barcelona. La primera vez había sido casi quince años atrás cuando cumplía condena por narcotráfico en una cárcel de la ciudad catalana. Allí, junto a un amigo presidiario comenzaron a fabricar camisetas a las que les escribían con un plumón grueso frases como “De Puta Madre”, “Colombia narcotráfico”, “Clandestino”, “Pablo Escobar”, “Gigoló latino”, “Fuck the baby sitter”, “Nacido en el Peor Barrio del Mundo”, etcétera. Los presos las querían , los guardias y los sobrinos de éstos las demandaban. Todos quería llamar la atención con estas camisetas facturadas dentro de la cárcel.
Para llegar hasta allí, Ilán Fernández, nuestro protagonista, había recorrido un duro camino desde la infancia. Tenía sólo nueve años cuando su padre apareció muerto. Trabajaba como funcionario político de la embajada de Colombia en Estados Unidos y hasta el día de hoy no saben qué fue exactamente lo que pasó. La caída socioeconómica fue estrepitosa y tuvieron que mudarse a un mal barrio de Miami con delincuencia y narcotráfico. El pequeño Ilán viajaba todos los veranos a ver a su familia en Colombia y fue creciendo, observando y comparando hasta que un día, a mediados de los ochenta, se dio cuenta que si un kilo de cocaína en Colombia costaba 250 dólares vendido en Miami – gramo a gramo- sacaba 50.000 dólares.
De esa ecuación al narcotráfico no pasó mucho tiempo y el adolescente comenzó a aprovechar los viajes a Colombia, a ganar dinero, a ayudar a su madre y de pronto ya traficaba por los aeropuertos, tenía mucha plata, viajaba por las principales capitales del primer mundo, fanfarroneaba y se creía indestructible. Un día, ‘de viaje de negocios’ por Barcelona, la policía lo detuvo con pruebas suficientes para que le cayeran 18 años de cárcel. Abogados mediante la pena quedó en ocho. Tenía sólo 22 años.
Parte de esta condena la cumplió en la prisión de Cuatre Camins en Barcelona, donde según ha confesado, le cambió “el chip” de su vida. Junto a un amigo de la prisión comenzaron a reflexionar qué los había llevado hasta allí y concluyeron que no había sido la ambición de dinero. “Cuando yo tenía ya mucho dinero, ¿por qué seguía traficando? ¡Por estar arriba, por sentirme poderoso, respetado, por ser alguien! Se trataba, pues, de sentirse bien. Así que mi amigo y yo, con rotuladores y letra gorda, nos pusimos a estampar camisetas con esta expresión: “¡De puta madre!””, contó Fernández en una entrevista al diario catalán La Vanguardia.
Los presos, los guardias, sus hermanos, sus primos, sus sobrinos…todos, todos querían las camisetas fabricadas por el par de reos. Se las ponían para salir de noche y llamar la atención. Fernández y su amigo, que aún está en la cárcel, se dieron cuenta que le habían dado el palo al gato. Que los jóvenes, al igual que ellos, sólo querían llamar la atención y sentirse ‘alguien’. “Pero son inseguros y, para ganar seguridad, encienden un cigarrillo antes de entrar en la disco, beben, se drogan… ¡Y nuestras camisetas les ayudaban a llamar la atención!”, aseguró Fernández en una conferencia en Barcelona.
Según Fernández, sus poleras no hacen apología a la droga sino que son un sucedáneo de la ésta. “Lucirlas les da atractivo a los ojos del grupo, lo que les reporta una seguridad que es un escudo ante las drogas”.
Al cumplir su condena y tras muchas dificultades, Fernández logró encontrar alguien que lo ayudara con las camisetas. Hoy son tres socios que facturan 35 millones de euros al año y han logrado posicionarse como una marca reconocida entre la juventud europea. A su amigo no lo ha vuelto a ver. Las estrictas medidas a los presos de aquella cárcel restringen las vistas sólo a la familia. Se resigna a que el 2011, cuando termine su condena, lo recibirá con una gran fiesta y le dirá “todo lo mío es tuyo”. De puta madre, ¿no?
Hola parcero ke tal estas? somos dos paisanitas ke nos hemos gastado un paston en dos camisetas de puta madre, dos gorras de puta madre y al pagar la cuenta hemos flipado. . . . . . Asi fue como nos interesamos en saber de donde venia de puta madre. nos gustaria ke nos respondieras este sms. parce en hora buena y felicidades. lo dicho no? en 2011 tienes un compromiso. besos.a hay otra paisana ke le gustaria compartir unos baretitos, empanaditas, guaros. etc.Dice ke se alegra mucho de tus logros. y haber si a ella se le aparece la virgen.tambien. geraldyn.
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