El festival The Influencers arranca hoy en Barcelona, dando tribuna a destacados guerrilleros de la comunicación y estafadores mediáticos.
El creador de las Olimpiadas sexuales, la Escuela de mendigos, la campaña Contra la desnudez de los animales y la que iba Contra el amamantamiento, un buen día, y siguiendo la misma línea de lo anterior, simuló un infarto mortal y su necrológica apareció en el New York Times. Luego hizo una rueda de prensa arguyendo que «se había exagerado la noticia» de su muerte.
Poco antes, en pleno caso Watergate, contrató a un actor para que se hiciera pasar por Garganta profunda, el misterioso informante tras el escándalo que le costó la presidencia a Nixon. La prensa le creyó y hasta recibió la oferta de cien mil dólares para escribir la historia.
Terremoto mental
Esta persona, el escritor, cineasta y actor Alan Abel será uno de los siete agitadores culturales que participarán, desde hoy hasta el sábado, en el festival The Influencers que se realiza, como ya es tradición, en el CCCB.
Un evento dedicado exclusivamente a indagar en el vasto terreno del arte, la comunicación, la cultura de masas y la siempre sana subversión de sus contenidos. Aquí uno entra pensando una cosa y sale con el mundo patas para arriba.
Los artistas encargados de hacerlo esta edición serán los austríacos monochrom y sus performances que apuntan a ridiculizar las conveciones culturales; los italianos Alterazioni Video con sus acciones en el espacio público borrando la frontera entre legalidad e ilegalidad y el estadounidense Brody Condon con sus videojuegos contraculturales. Por su parte, Trevor Paglen conducirá sus investigaciones acerca del secreto de Estado y las cárceles californianas y el antes mencionado Alan Abel hará un charla y mostrará su documental Abel Raises Cain (Abel cría a Caín).
Bailando con el fascismo y construyendo con lo precario
Mención especial merece el grupo esloveno Laibach, que nació como colectivo artístico contracultural en plena Yugoslavia de 1980. Desde un comienzo estremecieron los ojos de régimen con su postura escénica de extraño grupo de rock con estética nazi-fascistas, estalinista y nacionalista tanto eslovena como yugoslava. También combinaron hábilmente elementos anti nazis. Con todo ello, el comunismo no pudo censurarlos ya que su retórica estaba sentada en las bases mismas del sistema.
Al caer el bloque oriental, Laibach declaró lo que sería el pilar de sus acciones actuales: «El Este se colapsó porque creyó ciegamente en la definición utópica occidental de la libertad del individuo. El Oeste sólo sobrevive porque astutamente estableció un sistema que insiste en que la gente es libre. Es decir, bajo la democracia la gente cree que está actuando de acuerdo con su voluntad y deseos propios»
El sevillano Santiago Cirugeda dará una exposición hoy en el hall del CCCB. Toda una oportunidad de escuhar al arquitecto de las «recetas urbanas». En el opuesto de la megalomanía de los rascacielos con nombre y apellido, Cirugeda se ubica en el ciudadano de a pie, buscando vacíos legales en el concierto urbanístico para dar soluciones a las necesidades urgentes de vivienda, hacinamiento, ausencia de se espacios para asociaciones o reconverción de solares. Andamios, containers y otros materiales adquieren una nueva lectura de uso.