Si hay un mérito que se le puede reconocer a los actores de la transacción a la democracia en Chile es que en el extranjero la imagen de la economía más neoliberal de Latinoamérica es del tipo suizo. Por ejemplo, los diarios españoles, representantes de más de algún interés económico, hablan de Chile siempre en términos de excepción. Como si allí no hubiera miseria ni corrupción ni siquiera tercer mundo.
Sin entrar en el odioso debate de que los vecinos están peor y blablablá, el reportaje Vivir y/o morir en una zona ocupada de Santiago, del Centro de Investigación y Estudios Periodísticos CIPER es una excelente muestra de lo muy latinoamericana que es la capital de Chile.
El último ranking de The Economist Intelligence Unit ubicó a Santiago como la segunda mejor ciudad de Latinoamérica para vivir. Pero para un sector de su población la realidad es muy distinta. Más de 660 mil santiaguinos viven alejados de los servicios básicos y en medio de traficantes, asaltos, riñas y balaceras. CIPER cotejó estudios e investigó a fondo en las zonas más pobres y vulnerables de la capital y detectó que en al menos 80 poblaciones (barriadas), policías, ambulancias, bomberos, carteros y técnicos de las empresas que suministran agua, luz y teléfono no se atreven a ingresar. Las bandas y grupos de narcos dominan, mientras los vecinos deben vivir con miedo y hacinados en sus casas. Muchos se quieren ir. Pocos pueden. Así vive el sector más desprotegido de la sociedad chilena.
El reportaje multimedia está excelente.