*Publicado en diario La Tercera
Documentar su regreso nunca fue la intención. La amistad entre los músicos Michael Stipe (R.E.M) y Patti Smith había nacido a comienzos de 1995 y los meses siguientes se fue fortaleciendo hasta el punto que fue él, junto al poeta beatnik Allen Ginsberg, quienes la animaron a aceptar la mano que Bob Dylan le tendía para regresar a los escenarios tras 15 años de ausencia. Sería la telonera de su gira por Estados Unidos que comenzaba en diciembre de ese año.
Patti Smith enviudó hacia fines de 1994. El artista Fred Sonic Smith, su compañero por más de 15 años, padre de sus dos hijos y guitarra de la mítica banda MC5 había muerto de un infarto con sólo 45. Menos de un mes después, partiría súbitamente su hermano Todd con quien estaba estrechamente unida. Y como si fuera un conjuro macabro, tras él siguió Richard Sohl su fiel tecladista, con 37 años.
“Conocí a Michael Stipe en Michigan, en 1995. Me había llamado el 14 de febrero desde Barcelona, España. No lo conocía, pero consciente de la muerte de mi esposo y adivinando mi soledad, llamó para desearme un feliz día de San Valentín. Esa fue la primera vez que hablamos y la última que sería un extraño”, recuerda la artista en el prefacio del libro 2 veces intro: en la carretera con Patti Smith, recientemente publicado al español por Sexto Piso.
Pese a sus miedos e inseguridades, Smith aceptó la invitación de Dylan, reunió a su antigua banda (Lenny Kaye, Tom Verlaine, Oliver Ray y Tony Shanahan), ensayaron viejos y nuevos temas y le pidió al ex líder de REM que la acompañara. Documentar su regreso nunca fue la intención, pero así ocurrió. Michael Stipe, con más oficio de músico que de fotógrafo, construyó un diario de viaje sobre el reencuentro Patti Smith con su público.
Respetando su sabida reserva, en el libro no hay rastros de Bob Dylan aunque sí afectuosas memorias de Patti Smith como el siguiente:
“Recuerdo a Bob deteniéndose en su camino al escenario para hablar con mi hijo y con mi hija. Y recuerdo interpretar “Dark Eyes” con él, cantando tan cerca que un rosario de sudor, deslizándose sobre nuestras frentes, se unía mientras cantábamos”.
Además de Stipes, también tributan el regreso de Smith figuras como el escritor William S. Burroughs, el músico Tom Verlaine, el cineasta Jem Cohen y la integrante de Sonic Youth, Kim Gordon.
El escritor maldito es quien mejor retrata su efecto sobre el público: «Patti Smith no es solo una cantante fantástica, es un chamán – es decir, alguien en contacto con otros niveles de la realidad. Su efecto en la audiencia es eléctrico, comparable al de los rituales del vudú o de la umbanda, donde los miembros del público pasan a ser participantes y son literalmente elevados por encima de sí mismos. En muchos casos, no obstante, su destino es “retornar a la conciencia ordinaria” – ser de nuevo la madre soltera de tres pequeños, o perseguir los fines animales del chulo…- Pero el chamán, al menos, les ha dado un respiro».
‘Otra cosa es sin guitarra’ podrá pensar quien le eche una mirada rápida al trabajo fotográfico de Michael Stipe. En 2 veces intro: en la carretera con Patti Smith no hay retratos formales, la imágenes muchas veces están fuera de foco, algunas son feas, hay muchísimas tomas en el interior de baños, pero aún así el ex líder de REM consigue algo único al capturar la atmósfera de un reencuentro, retratando la intimidad de un momento clave en la obra de la artista. No es un relato periodístico. Hay claustrofobia, hay camaradería, horas muertas y una cotidianidad que sólo quienes han vivido largos períodos en la carretera pueden entender. Pero por sobretodo, está ese conmovedor ángel de Patti Smith, el icono viviente que con su carisma y sencillez se ha convertido en una suerte de sacerdotisa del punk rock.
2 veces intro: en la carretera con Patti Smith fue originalmente publicado en 1998 y su reedición inglesa ocurrió hace dos años, al poco tiempo de la irrupción de Éramos unos niños, la celebrada autobiografía de la cantante. Ahora está disponible por primera vez en español y con textos adicionales y polaroids del guitarrista de la banda Oliver Ray