BARCELONA FASHION WEEK: ENTRE EL EXHIBICIONISMO Y EL PASADO

Transparencias, vestidos cortísimos, escotes enormes, evocaciones de los ’50 a los ‘80. Telas coloridas o blancos absolutos. El verano 2004 se viene muy cómodo, sensual y lleno de guiños. Así lo mostraron los diseñadores en la Semana de la Moda de BCN.
Si Inglaterra tiene la pasarela de Londres, Estados Unidos la de Nueva York, Italia la de Milán y Francia la de París, España tiene dos: la madrileña Cibeles y la barcelonesa Gaudí. ¿Por qué? Parece ser que la respuesta está en el soterrado duelo de protagonismo entre estas dos ciudades y se mantiene sin resolver debido a la conocida tozudez ibérica y al financiamiento de ambos gobiernos locales. Madrid argumenta que es la capital. Barcelona, como si nada, va a paso firme como la ciudad más moderna de España, la capital del diseño, la de las vanguardias decorativas.
Lo cierto es que diseñadores y modelos tienen que trabajar para mostrar dos distintas colecciones en un mismo mes, con a penas días de diferencia. Diseñadores como Ágatha Ruiz de la Prada, por ejemplo, presentan una colección masculina en Gaudí y la femenina en Cibeles.
La disputa es añera y en el ínter tanto cada uno ha hecho distintos trucos para ganar protagonismo. BCN le ha dado un cariz internacional con el nombre Barcelona Fashion Week, que aparte de la pasarela GAUDí, incluye otra con apuestas más vanguardistas llamada CIRCUIT, además de celebrar diferentes actividades como una feria con colecciones de los egresados de las distintas escuelas de confección. Así potencian la promoción de creadores emergentes sin dejar de lado a las firmas más conocidas.
El CIRCUIT corre paralelo a GAUDí y se realiza en distintos puntos de la ciudad condal, haciendo de cada pasarela una puesta en escena que raya en la representación teatral o la performance. La idea es aprovechar la fama de la propia ciudad como centro de cultura y diseño y satisfacer a compradores y periodistas extranjeros aburridos de los nombres de siempre, ávidos por descubrir nuevos talentos. (ver información a parte)
Más allá de la polémica de la pasarela única en España, lo que mostró GAUDÍ esta temporada fueron diseños agresivos, propuestas muy sensuales y llenas de color, reforzando lo que viene pasando en los desfiles mundiales: la mirada a las décadas pasadas, las mixturas en los tejidos y el exhibicionismo.

Relajar a Los Hombres
Treinta y tres colecciones de primavera-verano se vieron en GAUDÍ 2004. Hubo una presencia de moda masculina muy importante, representada en 100 modelos hombres. La idea principal es dotar al universo masculino de más comodidad y relajo, una tendencia que pretende reinventar los limites entre lo deportivo y lo formal y que viene tomando fuerza con el auge del cuico alternativo en los ‘90.
Las colecciones juegan en torno al estilo worker, y usando telas delgadas, como algodones, linos y microfibras, se verán hombres usando cómodamente un traje combinado con hawaianas de plástico negras, como mostró Joseph Abril. O con sandalias de cuero de colores, como se vio en Ágatha.
Además, un híbrido entre sport y noche en el que pantalones de smoking se combinan con casacas ligeras (muy presente en la temporada), camisetas sin mangas o pantalones corte pescador tipo buzos con camisas de lino. Toda la ropa viene cercana al cuerpo pero jamás ajustada.
La apuesta divertida fue sin duda de la colorinche Ruiz de la Prada, quien presentó una colección muy urbana y callejera. A la estrella, consolidada como el símbolo masculino en Ágatha, se le suman la corona y el espiral.
Los trajes de baño para los hombres hay total consenso: de lycra y cortos. Adiós definitivo al eterno bermuda tipo carpa.
Los cortes de pelo, todos de medio largo, irregulares, jugando con la chasquilla. Nada de pelos largos o cortes al rape.

Entre Blade Runner y Amelié
La moda femenina sigue mezclando telas, estampados, estilos y décadas.
Este verano continúan las minis y los vestidos cortísimos. Y si son largos, los escotes vienen muy pronunciados y las espaldas abiertas. Así se establece finalmente la tendencia exhibicionista que empezó con los adolescentes mostrando la ropa interior.
Se verán transparencias principalmente en camisetas y blusas, en algodones rebajados, encajes y tules.
El verano 2004 desplaza las vestimentas masculinas y guerrilleras tan usadas por las mujeres desde hace varias temporadas, y recupera la femineidad tan característica en los años 50, pero con la exageración y atrevimiento de los 80. Esta mezcla se hace evidente en los diseños de Josep Font, quien hizo recordar a los personajes de Blade Runner con sus entallados y femeninos vestidos, acompañados de accesorios y peinados futuristas.
La colección de Font, lejos el más brillante de GAUDÍ, mostró minifaldas, tops y vestidos con cuello alto en atrevidos estampados: lunares sobre gasas de algodón y tul, chifón de seda y organizas. Una propuesta que evoca a las muñecas antiguas pero adornadas con caprichosas joyas.
La colección del catalán, la más esperada tanto en Gaudí como en el Circuit, se aventura con los colores y el estilo más naif. El desfile se caracterizó por mostrar una serie de diseños que parecían sacados de una juguetería, en donde las maniquíes
enseñaron como Font ha evolucionado en esta colección desde el barroco hacia un nuevo estilo más simple y depurado que nunca, aunque como siempre impactando por la elevada sofisticación y factura de sus creaciones.
Entregó la más completa de las ofertas en ambas pasarelas, acompañando todos sus diseños con su colección de aclamado calzado, que desde hace unas temporadas es uno de los sellos más característicos de este niño prodigio de la confección.
Los andaluces Victorio & Lucchino como ya es su costumbre, fueron quienes aportaron el toque de la España sureña, llena de colorido y reminiscencias flamencas. Lo más cercano al trópico para los europeos. Sus diseños impresionaron por la compleja confección , abundante en vuelos, colores y estampados. No por nada ,los diseñadores sevillanos han bautizado su colección para la próxima primavera La vida que da el color. En este despliegue cromático, Vitorio & Lucchino se empeñaron en combinar las rayas con estampados florales y geométricos, en usar frunces para crear volúmenes muy románticos y en recupera formas rígidas del corset.
A pesar de ser los más hispanos de las pasarelas, los sevillanos también mantuvieron la tendencia ochentera que primó en Gaudí y Circuit.
Texturas, estampados y satín. En cuanto a los colores, los creadores han desarrollado un auténtico despliegue: fucsias, rojos, naranjas, azules, verdes, blancos y negros. Tanto en el CIRCUIT como en Gaudí primaron los cítricos, los tonos vivos tan propios del verano, pero también los caquis y los blancos opacos. Pero más que colores, lo que dominará el verano serán las texturas y los estampados, principalmente en telas ligeras. El satín (tan usado en los diseño de los 80´), es una de las telas que más se repiten en las prendas para el próximo verano; sin importar si es un traje de noche o un pantalón para el día. La caída tan propia del satín reivindica la clara tendencia hacia la feminidad y lo sexy, tan olvidado desde que se impuso la moda andrógena en los últimas temporadas.
Los trajes de baño, además de los ultra sexys bikinis o tantas, muy escotados algunos, un concepto que se repitió bastante fueron los derechamente inspirados en Esther Williams, bajos de talle y recorriendo la figura.

CIRCUIT, la otra alternativa.
Si GAUDÍ pretende imponer a Barcelona como la capital hispana de la moda, CIRCUIT persigue que la ciudad condal tenga el liderazgo de lo alternativo. Interviniendo la ciudad con audaces diseños casi inimaginables para ser usados en la vida cotidiana, el CIRCUIT consigue impresionar e imponer. Aunque a veces son los mismos creadores que se presentan en Gaudí, en esta pasarela se dan más libertad. Uno de los más alabados fue Josep Font , quien con “2 Font” mostró uno de los más inolvidables despliegues de originalidad, usando como escenario un anfiteatro griego, muy apropiado para la teatralidad de sus creaciones. Además, hubo desfiles sólo de amuletos, por ejemplo, donde se presentaron creaciones de la divertida “Casita de Wendy” y de la cineasta española fichada por la productora de Almodóvar, Isabel Coixet.
Se vieron muchos cruces entre lo moderno y lo étnico, además de mujeres como suspendidas en una postal, mujeres antiguas, graciosas. La ropa del CIRCUIT definitivamente es para una mujeres arriesgada, aburrida de lo rutinario y de la uniformidad de la ciudad.
En esta edición, lo organizadores quisieron hacer un homenaje a la diseñadora inglesa Vivianne Westwood. Radicalmente anti sistema y anti hippie su talento marcó una tendencia estética que dejaría huella en grupos punks como los Sex Pistols y los The Clash, por nombrar algunos. Junto a su pareja de esa época, Malcolm McLaren, el creador y manager de los Sex Pistols, inventaron el look, el espíritu y los íconos de la cultura punk. Utilizando plástico, cueros, cierres a la vista entorno a una novedosa estética de agresividad sexual, Westwood se instaló en la rebeldía. Hoy en día, sus diseños siguen causando furor y millones ya que cada pieza cuesta un ojo de la cara.
Quién mejor que Rosie de Palma, quien fuera musa de Almodóvar, para encabezar la performance, con vestuario de la diseñadora inglesa, que se presentó en el CIRCUIT.