Llega ya María Agua de Mayo de su periplo asiático y me dejó un documental terrible pa que deje de comer cualquier cosa que se mueva. Se llama Earthlings y se puede ver aquí. En lo personal no enganché mucho pero ha hecho ruido y tiene un enfoque bien definido; la música la hace Moby que se ve que es activista alimentario (si es que se llaman así), ha ganado mucho premios y el narrador es Joaquin «Cash» Phoenix.
Me disgustó que comparara la industria alimentaria masiva con los campos de concentración nazis. Mañido error el asociar los dramas. Cuando las cosas son lo suficientemente terribles caen por su propio peso y no hay necesidad de comparar lo incomparable ni de picar cebolla. Es una degradación del lenguaje amén de un tropismo emocional.
Del mismo tema y que me dejó sin comer nunca más pollo es el libro que me regaló otra amiga que no es vegetariana pero que anda filo bío. Es la investigación de una periodista del Guardian «Not on The Label» que rastrea el origen de todo lo que compramos en el supermercado y es realmente vomitivo.
Si bien entiendo y respeto y admiro mucho a vegetarianos, veganos, etc. no puedo dejar de recordar un capítulo de Los Simpsons cuando Lisa se enamora de un activista ecológico y toda tímida le cuenta que es vegetariana y él, tipo Christopher Atkins, le contesta muy arrogante: «Yo no como nada que haga sombra«.