No queda nada para que gran parte del mundo se pelotice por un mes y se concentre en Sudáfrica. Para algunos este país acaba de aparecer en su memoria por el Mundial de Fútbol. Para otros será el terrible pasado del apartheid y Mandela como gran sanador de una nación herida.
Pero ocurre que en el rincón africano pasa otra cosa muchísimo más importante, un récord mundial macabro del que no consiguen deshacerse. Sudáfrica es el país con más incidencia de VIH del planeta; mientras 1000 personas mueren por la enfermedad a diario otras 1400 personas se contagian. Se calcula que es uno de los países con más casos de SIDA del mundo. Según las cifras oficiales, el 20 % de los adultos (6.000.000 de personas) son portadores y hay 2,5 millones de niños huérfanos por el virus.
La ONG InspirAction ha decidido aprovechar el foco mundial sobre ese país para lanzar la campaña Márcale un Gol al SIDA que pretende que “políticos, farmacéuticos y sociedad civil se unan para acabar con el estigma que sufren las personas portadoras del VIH, especialmente en Sudáfrica, donde más de la mitad de los afectados no acceden a los medicamentos que necesitan”, explicaron al diario español El Mundo los responsables.
“La inversión inicial en el Mundial es cuatro veces mayor que la cantidad que el gobierno va a gastar en la prevención y tratamiento del VIH y otras enfermedades de transmisión sexual entre 2010 y 2011″.
La millonada que se gastan en el mundial es un insulto a los enfermos de una de las realidades más duras del mundo. Celebrar una alegría mundial dándole la espalda a los enfermos es como las olimpíadas en plena Alemania Nazi.
“En 2005 los líderes del G8 hicieron una promesa histórica: en 2010 extenderían el tratamiento antirretroviral a todos los que lo necesitaran. En Sudáfrica, el 40% de los afectados sigue sin fármacos. La promesa ha quedado incumplida“, dicen en la ONG.
El juego online que han creado no tiene desperdicio: Zapatero, Obama, Merkel, Sarkozy y Ratzinger atajan penales portando camisetas de farmacéuticas a las que también se les exige implicación en el tema.