Aparece estos días la dramática fotografía de los soldados gringos enchufando su bandera durante la segunda guerra mundial. Ocurrió luego de una batalla en una isla japonesa y el hongo de Hiroshima se atraviesa como un relámpago. La fotografía es tan espléndida como terrible. Hay ese heroísmo de película vieja cuando morir por la patria era algo __________ (fill in the blank).
¡Óle por Joe Rosenthal!
Hace un par de años me topé con esta otra versión de la foto en una calle de Barcelona y luego aparecieron muchas más que cambiaban la bandera por una hoja de marihuana, un alicate, un pucho, etc. La versión del quitasol me pareció de un humor y un dramatismo tremendo. Reí y sufrí infinitamente más que con la foto del señor Rosenthal. La época había cambiado, claro. Irak, Hezbollá, Al Qaeda y todo el bestiario proporcionado por las tres principales religiones monoteístas del mundo están servidos y uno mira desde su orilla este berenjenal que no podemos parar, esperando que no le llegue un aletazo o que sea leve.
Banksy es el artista detrás de esta maravillosa imagen. Es un inglés joven, callejero de Bristol con una adolescencia de mierda que por falta de talento con el spray derivó al stencil y lo maneja como quiere. Es un gran guerillero de la comunicación. Dispone divinamente de la agitación de conciencias.
«Yeah, I’ve turned down four Nike jobs now. Every new campaign they email me to ask me to do something about it. I haven’t done any of those jobs. The list of jobs I haven’t done now is so much bigger than the list of jobs I have done. It’s like a reverse CV, kinda weird. Nike have offered me mad money for doing stuff.»
Sólo como dato pop, es el responsable de la carátula del disco Think Tank de BLUR.
A continuación, unas imágenes de su trabajo en el West Bank, en Palestina
Y otras de sus joyitas