EL MARAVILLOSO UNIVERSO DE MARK RYDEN

mark ryden paintings
Es uno de los artistas pictóricos más prominentes de la nueva escena pop mundial. Su arte, a medio camino entre lo ingenuo y lo tétrico ha cautivado al star system primer mundista entre los que destacan Leonardo Di Caprio, Robert De Niro, Bridget Fonda, Ringo Star y cómo no, a los oscuros Stephen King y Marilyn Manson. Con él, un arte bastardo lleno de guiños a la cultura pop desdeñados por lo establecido, se abre paso firme entre las galerías de arte vanguardista.
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Exijo mi dinero

«Dinero gratis» , «No queremos trabajo, queremos dinero», y «Basta ya, Pasta ya», dicen unos carteles negros con letras rojas que aparecen de repente en Barcelona. Están en algunos bares, paraderos y murallas. Hace poco me enteré que era un grupo que hacía acciones de arte, ahora a cargo de hacer Yomango (que se escribe igual que la tienda de ropa Mango y que juega con la palabra «mangar», que en España es robar), una campaña que incita a robarse cosas de las tiendas.

Los de Yomango fotochopean los anuncios de publicidad (como la de la foto) y las modelos salen escondiénsose algo, con las manos en actitud como-que-no-quiere-la-cosa. O reparten etiquetas de ropa y calcomanías con el logo que anuncia un 100% de descuento. Hace poco invitaban a un desfile en el Paseig del Ángel, un paseo comercial en el centro de Barcelona. El comunicado decía: «Yomango. ¡ESCÓNDETE, OBJETO! Por arte de birlibirloque: el arte de transformar las cosas. ¡Sin esfuerzo, sin trabajo! Transformar UN OBJETO en una ola de luz y color, transformar UNA COSA en un estallido de vida. Que circule el deseo. Que fluya la vida. Que hable tu cuerpo. Sin dinero ni tarjetas. Sin aditivos. Porque la felicidad no da dinero, ni tiene precio… ¡¡ESCÓNDETE, OBJETO!!».

El comunicado invitaba luego a un «desfile Yomango» y si uno llegaba, se encontraba con una patota de locos desfilando con las cosas que se robaban de las tiendas, y mostrando las trampas que usualmente se utilizan en estos casos (como guatas de embarazadas falsas, abrigos gigantes…). Los tipos caminaban en la mitad del paseo y unos cuantos entraron a unas tiendas y salieron agitando una polera o un disco. La gente los aplaudía, los turistas sacaban fotos y el desfile duró lo que demoró en llegar la policía.

Días antes habían estado en el CCCB (el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona) durante el Festival In Motion, un espacio donde se encuentran coreógrafos, artistas plásticos, y DJ’s presentando distintas formas de comunicación. Entre todas las actividades, había una llamada «Yomango También» que era el taller para robar que ofrecían éstos y declaraban: «Llena tu verano de momentos intensos y bellos, reflexivos y divertidos. No te quedes en casa: en algún lugar, cerca de tí… YOMANGO. Atrévete a desear. YOMANGO, por la libre circulación de bienes y la pérdida desconocida».

Tales invitaciones llevaron a los catalanes a tener cierta reserva, y otros, simplemente a no entender nada. Después del robo en masa que hicieron en el centro comercial, el 5 de julio pasado, el diario El Periódico de Barcelona lo llamó un «acto de protesta en un centro comercial» (agregando un divertido «la policía atribuye acción a los llamados movimientos alternativos») y La Vanguardia expuso el hecho notando que «tras ridiculizar teatralmente a la sociedad de consumo, los individuos se apoderaron de diferentes prendas de ropa. Entre los participantes en la acción había miembros del colectivo okupa y jóvenes antiglobalización».

Por supuesto, las actividades de Yomango son más organizadas de lo que parecen. En internet, en el sitio www.yomango.org (ahora caído), estaban escritas las «normas de urbanidad» del evento, como que era una «actividad lúdica y pacífica» y que explicaban a los asistentes estar siempre «atentos a las indicaciones» pues «un desfile no se improvisa pero el guión admite (o requiere) cambios. Si fuera necesario, nos vamos con la música para otra parte». Algo que, de hecho, hicieron.