Seis Años Caminando

gaelle.jpg (ilustración de Gaëlle Boissonnard)

Hace 6 años que alunicé en Europa y desde entonces no he dejado de conocer almas errantes. A todas ellas, un abrazo enorme. Estén donde estén.
En agosto del 2001 agarré mis cosas y me eché a andar hacia algún lugar más allá de la cordillera. Las despedidas fueron alegres y festivas. Nos dimos los parabienes de corazón mientras el vértigo se disfrazaba de columna vertebral. Cada uno empezaba su camino y nadie sabía cómo nos saldría la jugada. Yo me enamoré de uno al que le ofrecí mi corazón pero me tendió su hígado. Sería el último de la zaga de amores sin rumbo, de monumentos al imposible. Al menos eso me propuse después de colgarle el teléfono y agarrar la lanza en busca del amor del bueno.
Desde distintos rincones muchos tomaron un avión, un tren o un bus. Éramos un ejército de almas inquietas dispuestas a buscarse la vida sin saber que ahí mismo empezaba a deshilacharse. Y que llegar a tierra firme sería siempre una utopía porque la inquietud que mueve nuestros pies es algo más que un motor.
Fui conociendo a otros que buscaban algo indescifrable y de pronto me di cuenta que era parte de un enorme continente flotante de refugiados culturales, emocionales, sociales…de desterrados de sí mismos.
Han pasado seis años y no me arrepiento de nada.

2 pensamientos en “Seis Años Caminando

  1. Yo sí me arrepiento de algo: no haber establecido un monto mensual de ahorro para poder ir a verte una vez al año, amiga.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.