más tiesa que francesa bailando mambo

Quien fuera el símbolo sexual por antonomasia de esta orilla del Atlántico cumple 75 años y una exposición a las afueras de París le rinde culto a su época de infartante belleza. Independiente que hoy Brigitte Bardot sea xenófoba hasta zoofilia, la turbadora luz que dejó su rastro entre los 50 y 60 no se la quita nadie.

Varios homenajes a la actriz recoge la prensa por estos días pero me llama la atención éste ya que asegura que BB baila tango en la legendaria Y Dios creó a la mujer; y no, que baila mambo. Más allá del recuerdo disléxico del redactor, es cómico evidenciar que el baile de la Bardot – duro y torpe como alemán salsero- cae dentro de los despiadados elementos que hacen que un clásico del cine envejezca mal.

Y es curioso porque con ella, la dimensión del mal pasar de los años, adquiere ribetes de leyenda.

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