James Dean vivió tan sólo 24 años, murió hace medio siglo, hizo tres películas -dos de ellas estrenadas después de morir- y aún brilla en el firmamento del star system mundial como el joven rebelde e incomprendido.
Dicen que James Dean le fue a dejar su gato a Elizabeth Taylor para lo que cuidara mientras él competía en una carrera de autos en Salinas, California. Otros cuentan que el gato se lo había regalo Taylor y que se le fue a dejar a otra persona. El asunto es que lo hizo porque finalmente regresaba a las pistas luego de terminar su participación en el rodaje de Gigante, donde actuaba con Taylor y Rock Hudson, y su contrato le prohibía participar en carreras de velocidad. Dean conducía por primera vez el Porsche 550 Spyder que había recién comprado y lo bautizó como “Little Bastard” (pequeño bastardo). Un par de horas antes del accidente que le costara la vida, en un control policial le pasaron un parte por exceso de velocidad, y como no creía en los cinturones de seguridad (esto lo contaría más tarde Dennis Hopper), al estrellarse con otro auto en una solitaria carretera provincial el impacto fue mortal. E igual que Jimmy Hendrix, murió en la ambulancia. Poco antes había hecho un comercial para el servicio público sobre seguridad en la carretera.
Dicen que Taylor quedó desolada y que mientras concluía el rodaje de Gigante, las grabaciones debían ser interrumpidas por sus súbitos ataques de nervios. Algunos dicen que fueron amantes, otros que no. Algunos afirman que Dean era homosexual y otros le achacan romances con Ursula Andress y la italiana Pier Angeli. Con esta última la leyenda va más lejos y cuentan que la madre de ella se interpuso entre ambos y que finalmente mientras la chica se casaba con otro, James Dean estuvo toda la ceremonia fuera de la iglesia, bajo la lluvia y con el motor de su moto encendido. Que Angeli se hubiese suicidado en los setenta y que además se le adjudique una frase del tipo “James Dean es el único hombre que he amado”, hacen que la figura de este símbolo del joven rebelde y cool en extremo se robustezca.
Resulta muy difícil establecer con exactitud los sucesos de la vida de un hombre que murió a los 24 años y trabajó en tres películas relevantes, dos de ellas estrenadas después de morir. Es difícil contrastar los datos ya que hay muchísimos testimonios y libros que intentan decir la verdad sobre Dean o sencillamente arrancarse con los tarros y sacar tajada de la ‘industria Dean’, por así llamarla. Lo increíble es que con una vida tan corta y con una breve obra, cincuenta años después se mantenga brillando.
James Dean se convirtió en la representación del joven inadaptado y rebelde, el provinciano agobiado con la juventud citadina, enfrascado en la mítica pinta de jeans y polera blanca. Un look que hasta el día de hoy usan los jóvenes casi como uniforme. Su miopía en un rostro bellísimo, como la de Marilyn Monroe, le sirvió para acentuar la sensación de una enigmática mirada. Muerto Dean, la leyenda a poco andar mutó en marca comercial esparciendo su hermosa imagen en camisetas, archivadores, vasos, posters, postales, calendarios, agendas, cuadernos, en fin, el clásico merchandising que comparten figuras tan dispares como Salvador Dalí o el Che Guevara (quien además está tatuado en el gordo brazo de Maradona).
Los herederos de Dean -sus fanáticos y la Warner Brothers- han montado la fiesta aprovechando que en septiembre se cumplen 50 años de su muerte y así dar un nuevo impulso al mito de esta estrella de corta vida y larga duración. Lanzan una colección en dvd -James Dean, the Complete Collection- con Al Este del Paraíso, Rebelde sin Causa y Gigante, todas remasterizadas.
Además, el pasado mes se organizó en su Indiana natal un festival donde se proyectaron sus tres películas y documentales sobre su vida en ‘el mayor drive inn del mundo’, según anunciaban sus productores. Dentro del evento de tres días de duración, los organizadores vendían un tour por Marion, el pueblucho donde se crió, su colegio y el paso obligado por la tumba, además de un concurso de imitadores. Pero fue un fracaso. Esperaban 150 mil personas y sólo llegaron 6 mil. También en el pasado festival de Cannes fue la premiere del documental James Dean: Forever Young narrado por Martin Sheen; anunciado está el estreno de la obra de teatro Rebelde sin Causa en Nueva York, el lanzamiento de una nueva biografía y la exhibición itinerante de una réplica del Porsche 550 Spyder, el “Pequeño Bastardo”.
¿POR QUÉ ES TAN FAMOSO?
James Dean llegó a Nueva York y tuvo el acierto de entrar al Actor’s Studio, el mismo que formó a Marlon Brando, Paul Newmann y Robert De Niro entre otros. Allí el director Elia Kazan,que hacía poco había lanzado al estrellato a Brando con la película Nido de Ratas fue quien reconoció su talento y lo incluyó en Al Este del Paraíso, el primer gran protagónico de su carrera donde interpretaba una suerte de Caín. Para el estreno mundial dicen que Marilyn Monroe hizo de acomodadora de asientos mientras que Jimmy, como le decían sus cercanos, fue incapaz de asistir y la vio de incógnito un par de días después.
El aparato publicitario que la Warner montó a su alrededor fue de tal magnitud que muchos biógrafos afirman que fue este uno de los ingredientes de su salto a la inmortalidad que genera Hollywood, ubicándolo al costado de Valentino.
Martin Sheen ha dicho que en aquella época se decía en New York que si “Marlon Brando cambió la manera de actuar de los actores, James Dean cambió el modo de la gente de vivir”. “Fue el hombre más intenso que jamás conocí, no pasaba desapercibido”, dijo Dennis Hopper, con quien compartió set en Gigante. Incluso el cantante inglés Morrisey, leyenda viva y con mucha trayectoria, escribió un libro llamado James Dean ha Muerto, que según dicen sus seguidores es muy difícil de encontrar. Además, el video de la canción Suedehead (esa que dice “I’m so sorry”), lo filmó en Indiana, la tierra de James Dean, y la frase del tema Stretch Out and Wait. “¿Se acabará el mundo de día o se acabará de noche?” fue sacada de la película Rebelde sin Causa.
James Dean tuvo dos nominaciones post mortem al Óscar por Rebelde Sin Causa y Al Este del Paraíso y no ganó ninguna. Todos sus reconocimiento llegaron una vez muerto Dicen que alguna vez dijo en una entrevista: ”Vive deprisa, muere joven y sé un cadáver bonito”.