La degradación pública es un método usado a muchos niveles, pero nunca al extremo de España en donde ridiculizar ya es una industria que genera trabajo y dividendos a punta del acoso y la vergüenza a quienes deben dinero.
Por Marián Díaz y Ángela Precht
Existe un curioso aviso económico en la sección de Ofertas de Empleo que aparece siempre en los principales diarios de España. El aviso es en blanco y negro, muy sencillo, donde se distingue la caricatura flemática de un hombre vestido de frac negro, sombrero de copa, corbata humita y una maletín en la mano izquierda. En letras mayúsculas dice “EL COBRADOR DEL FRAC”. A veces lo precede una enigmática oración que dice algo así como “vendrá a visitarlo” o “visitará a sus morosos” y un número de teléfono. Otras veces, buscan abogados para integrase a su equipo jurídico, otras buscan cobradores con buena presencia, disponibilidad inmediata, flexibilidad horaria y de desplazamiento. Nada dicen de honorarios ni de condiciones laborales. Sagradamente, semana a semana, aparecen estos avisos en cápsulas hasta tres veces en la sección de búsqueda de empleos. Evidentemente el trabajo debe ser o mal pagado o terrorífico para que siempre estén buscando gente. ¿Pero qué es exactamente EL COBRADOR DEL FRAC?
Es una lucrativa empresa dedicada al cobro a deudores, quizá no es la más grande de España ni tampoco la más efectiva. Eso sí y con certeza, la más temida. No usan armas ni amenazan con la cárcel, les basta con humillar. Sus empleados van siempre elegantemente vestidos de frac y sombrero de copa, portando un maletín que dice “COBRO A MOROSOS” y su trabajo consiste en seguir al deudor, en pegarse a sus talones y convertirse en su sombra. No cualquiera es seguido por un hombre de frac, sólo un deudor y toda España lo sabe. Para desplazarse usan autos perfectamente pintados de negro y blanco con el distintivo de la compañía y en letras muy grandes. Si uno de estos coches se estaciona frente a una casa, todo el barrio sabe que por ahí vive un moroso. El sistema de cobro se basa en la humillación pública del deudor, seguirlo a donde sea y recordarle insistentemente que debe dinero a X persona. Lo siguen vestidos de frac por las calles, al bar, al supermercado, al trabajo, a la casa, a dónde sea. Algo todavía más evidente, en un país en donde nadie lleva uniforme: ni curas, ni militares ni jueces, ya sea por razones de seguridad antiterrorista o motivos pastorales.
Aquí los únicos que van de uniforme son estos personajes, que tras el éxito de esta primera empresa, se multiplicaron con idéntico espíritu carnavalesco decenas de empresas de cobro a morosos como el Cobrador Gaitero, el Cobrador Torero, el Zorro Cobrador, la Pantera Rosa, el Cobrador de Amarillo, el de blanco, el de verde, el Monasterio del Moroso y su legión de frailes cobradores, los que se visten de tunos, de caballeros antiguos, de mafiosos sicilianos… La gama de disfraces es tan amplia que no se sabe si es más humillante ser cobrador o deudor perseguido. De todas formas, la persecución consigue su objetivo de humillación pública, aunque no queda tan claro es si el fin es que desembolsen el dinero o vengarse del deudor.
España, Top 4 En Morosidad Europea
El curioso sistema de cobro llega desde Argentina a la exitosa España de los ochenta. El boom económico hispano multiplicó a los deudores que no tenían ni la mínima intención de negociar y menos pagar las deudas. Las empresas desesperadas por ver que los métodos tradicionales de cobranzas (como las empresas de gestoras de cobros) o las vías judiciales -vigentes desde hace dos siglos- no eran efectivas comenzaron a contratar a estos servicios de cobros que con sólo una factura de la deuda y un adelanto del pago, inician un plan de acoso y humillación fulminante.
La abundancia de estas empresas para los economistas responde a la oferta y la demanda. Si hay muchos deudores morosos, hay que crear métodos para hacerlos pagar. Y eso que, según estudios, el 60% de las empresas españolas prefiere renunciar al cobro y perdonar la deuda antes de ir a los tribunales y seguir un costoso e ineficaz proceso.
La explicación, según Pere Brachfield, director del área de Morosología de la Escuela de Administración de Empresas de Barcelona, es que “mientras en Europa son delincuentes económicos, en España el morosos se jactan de serlo. Los empresarios españoles no parecen tener prisa en cumplir con sus obligaciones de pago y no existe presión social ni legal. Además, muchas empresas consideran como un comportamiento perfectamente ético retrasar al máximo los pagos como fuente gratuita de financiación. Incluso existen empresarios que consideran normal pagar las facturas únicamente después que el acreedor les ha exigido reiteradamente los pagos”.
Brachfield, morosólogo de profesión –palabra creada y patentada por él mismo en el registro de propiedad intelectual junto a ‘morosología’- ha dedicado su carrera al estudio de los deudores. “En este país desde hace más de 500 años estamos eludiendo a nuestros acreedores. En eso somos la primera potencia mundial. En el ranking de los 25 países de la UE, (hecho por la consultora sueca Intrum Justitia) somos el 4º peor de los 25. Nos supera por un punto Lituania, que es país más pobre y con menos renta per cápita de Europa. Entonces tendríamos que ser los terceros. Y delante nuestro están Portugal, que es un desastre, y la República Checa, que también es un país pequeñito”.
Según el morosólogo, hasta hace dos años el antiguo código de enjuiciamiento civil era un calvario para el acreedor, no para el moroso. Esto explicaría la existencia de la abundancia de empresas de cobros.
En sus estudios, Brachfield ha concluido que la morosidad es más una cuestión de carácter nacional, “por algo la picaresca es española…El primer pícaro que aparece en la literatura española es el “Lazarillo de Tormes” que es una obra que se escribió en el siglo XVI, y explica cómo actúan los morosos hace más de 600 años y su modus operandi es que es idéntico al actual, no ha cambiado nada”.
Entonces, los deudores eran acusados, disfrazados, subidos a un burro y ridiculizados por las calles donde los insultaban, apedreaban y morían linchados. Luego una ley de Carlos I les ahorró el paseo y derechamente los mataban; más tarde sólo iban a la cárcel. Ahora, son los cobradores los que se disfrazan.
Toma Chocolate, Paga Lo Que Debes
A pesar de su efectividad y como dicen los turistas Spain is different y estos métodos de cobro no están autorizado en ningún país de Europa ni América, excepto en España. Según el morosólogo, están arraigados en la pasión latina de ‘que si no me pagas vas a ver lo que te hago, te voy a mandar a éstos y que te dejen en ridículo’. Y aunque es inconstitucional, no hay ninguna ley que establezca cuáles medios de coacción no se puede emplear. Estas empresas actúan al borde de la legalidad e incluso consideran dentro de sus tarifas una cuota para pagar las multas por denuncias de acoso que bordean los 300€ y que contemplan los delitos de allanamiento de morada, detención, amenazas y otras coacciones.
En el caso del Cobrador del Frac, sólo “visitará a sus morosos” si la deuda supera los mil euros (cerac de $780 mil), a la firma del contrato se cobra un porcentaje, desde el 1,5% para deudas de noventa mil euros y 5% para las de nueve mil. Con independencia del monto total se quedan con el 50% de lo obtenido. La regla que rige esta marca registrada es la de no abandonar nunca un caso, salvo insolvencia real sin posibilidades de recuperación y las enfermedades. Según ellos, aunque no hay estudios públicos que lo acrediten, recuperan alrededor del 60% de la deuda. Su credibilidad se sustenta en el origen histórico del oficio, ya que según ellos su “más ilustre antecesor” es Miguel de Cervantes y Saavedra, autor del “Quijote de la Mancha”. Lo que omiten, claro, es que también fue deudor y que desde la cárcel comenzó a escribir la obra.
El Torero del Moroso, con una página web veloz y estética tipo oficina de Wall Street, sólo trabaja con deudas superiores a los 60.000€ y cobra el 35% del monto recuperado. El Zorro Cobrador, y su logo de parrillada, abre su sitio web con la música de Misión Imposible y anuncia que es la única empresa del sector que no cobra por anticipado. El Cobrador Escocés, con gaita, falda y maletín, se compromete a devolver la inversión inicial si la misión fracasa. Mientras que El Monasterio del Moroso, que van como frailes del siglo XVIII, sólo actúan con deudas sobre los 12 mil euros y se quedan con 15 a un 30% de la deuda, dependiendo de lo obtenido. El servicio estrella de los monjes se llama Plan de Acoso 24 horas, en el que todos los recursos valen para avergonzar y terminar con la paciencia del deudor. Esta empresa gestiona el cobro de 5 mil clientes, que suman una deuda total de 12 millones de euros. “Para ser monje, aunque suene una contradicción, no hay que tener pena de nadie, debes cobrar”, señala su director.
Derecho A Tener Deudas
El documentalista Salomón Shang actualmente edita un especial sobre este tema para un canal de televisión catalana. Su conclusión luego de entrevistar a deudores y cobradores, difiere mucho de la del morosólogo. No siente ninguna pena por el adeudado y tampoco cree que esto responda a las ineficiencias judiciales ni a la picaresca española. Según él, esto es el resultado del “bluf económico de los ochenta, donde los constructores hacían edificios y no les pagaban a los proveedores quienes a su vez no podían pagar sus compromisos. ¡Si el 95% de las empresas españolas están denunciadas entre ellas”, y prosigue exaltado, “¿Quién contrata estos servicios?, el empresario millonario tienen un departamento jurídico para secar a cualquiera en la cárcel; al que le deben poca plata y no tiene poder, opta por renunciar al dinero después de batallar un tiempo. ¡El que contrata estos servicios también es moroso! ¡Y lo que busca es la venganza!”.
Proveniente del mundo audiovisual, donde las financiaciones y los pagos son un calvario, evidentemente está del lado del deudor, a quienes considera las víctima, ya que según dice, “uno tiene derecho a deber dinero”.
Shang acompañó a miembros de los Cobradores de la Medianoche, quienes se quedan con el dedo pegado al timbre de la casa del moroso por horas a partir de las 00:00, mientras insistentemente lo llaman por teléfono. Y ese, dice, es uno de los métodos suaves. Otras veces optan por llamar incesantemente a los vecinos, hasta que hastiados terminan echando al deudor del edificio. Cuenta que otras maneras de intimidación son amenazar a padres morosos con “voy empapelar el colegio de tu hija con tu foto diciendo que me debes dinero”. Entonces, ya no son tan divertidos.
Nadie Los Quiere
El trabajo de cobrador es arduo. Sin horario, exige nervios de acero, disponibilidad para desplazarse a cualquier lugar de la península, sociabilidad extrema, habilidad para hacerse visible en todo momento, sentido de la justicia (y la injusticia), indiferencia al ridículo, al temor o la antipatía.
La deserción en estos trabajos es elevada. Cada semana en los avisos económicos piden gente que quiera incorporarse al mundo de los cobradores. Los métodos de acción exigen bastante sangre fría, más de algún cobrador ha dejado el trabajo harto de recibir insultos, escupos y golpes por parte de sus perseguidos. Otros no han aguantado la presión de sentirse torturadores, victimizando no sólo al deudor sino también a sus familiares. Si en la hora de descanso, se estacionan con sus autos de trabajo en un bar, la mitad de la clientela y los dueños se ponen a temblar, pensando que les llegó la hora.
Obviamente, el trabajo no goza de buena fama y es muy difícil encontrar a alguno de estos cobradores orgulloso de su empleo. Incluso las mismas empresas tienen una muralla de protección que hace casi imposible acceder a ellas con interés periodístico, sino es para solicitar un seguimiento. Esa habilidad de estar siempre presente también la tienen para volverse invisibles. Las oficinas centrales están en ciudades de provincia y acceder a alguna entrevista exige una burocrática seguidilla de llamadas telefónicas que no llegan a nada.
La razón, es que los morosos y estas empresas están con sus días contados. España ya no puede ser diferente. Ha sido denunciada y está siendo investigada por el Tribunal Europeo de Luxemburgo por no acogerse a la ley europea contra la morosidad en los pagos. Esta ley, que restringe y regula la actividad, debería haber sido incorporada en agosto del 2002. “Pero a España no le dio la real gana”, contesta Brachfield y explica que una de las exigencias es que las administraciones públicas tendrán que pagar intereses de demora a sus suministradores. “Teniendo en cuenta que hay algunas administraciones públicas que están pagado hasta con 800 días de retraso, el Estado español es el primer moroso. Bueno, hay excepciones pero aquí entran desde las comunidades autónomas, los ayuntamientos, las instituciones, todos, todos son morosos, ya que la ley dice que las administraciones públicas deben pagar al proveedor a sesenta días y lo hacen cada dos años y sin intereses.”
En todo caso, nadie ha visto cobradores paseándose por los pasillos de los municipios, esperando al alcalde y siguiéndolo a los actos públicos. Ni siquiera actúan ante empresas morosas, a ese rol se dedican las tradicionales oficinas de cobranzas. Los seguimientos son personales, así la humillación consigue su máximo efecto: el escarnio público.
No se las demás pero despues de tres años y medio conociendo muy de cerca a El Cobrador Escoces puedo decir: Vaya pandilla de ladrones, pero no sólo con los clientes que ya es mucho sino también con sus trabajadores, todos con juicios, y con tonterias porque el Sr. dirigente de ésta empresa no tiene otra cosa que hacer que ser el moroso más grande de toda España. Vigile lo que hace antes de firmar un contrato con ellos, puede que cobren su dinero y luego si te he visto no me acuerdo. Cambian sociedades, y apañado. Gracias a los que me tomen en cuenta, de verdad se de lo que hablo de veras.
BUENO!! A ver segun dicta el codigo penal y civil….hay un parrafo..donde dice claramente..esto: todo ciudado tiene derecho..a la salvaguarda de sus datos personales…asi como..nadie ni nada puede vulnerar el derecho al honor e intimidad,,,
TODOS!! TODOS Y CADA VEZ HABRA MAS CON EL ROLLO DE LAS HIPOTECAS…tendra y tiene deudas….
Si un dia te sientes acosado por alguna empresa de cobro..simplemente haz 2 fotos con el telefono movil…llevate a algun testigo..y acercate a la primera comisaria para poner una denuncia criminal contra alguna de estas empresas…por vulnerar uno de los derechos ……mas dignos que tiene una persona…que es el derecho a la intimidad..y el honor…..
si alguien quiere cobrar…que lo exiga reglamentariamente..y como manda la ley…o sea via judicial.-.
un saludo
Los del cobrador del fraq de Zaragoza te cobran desde 600 a 1800 € por intentar cobrarte una deuda y luego lo unico que hacen para cobrarla es llamar al moroso por telefono.Eso ya lo hemos hecho nosotros varias veces.Si intentas preguntar que pasa con tu expediente sale una chica que dice que no te puede pasar con un responsable y que mandes un fax.Llevo mandados unos 15 y aun estoy esperando.Los morosos y chorizos son ellos.Ni se os ocurra contratarlos a no ser que querais tirar mas dinero del que encima os deben.