De un tiempo a esta parte aparece el vilipendiado tejido. Palillos o agujas o como le digan en cada latitud y los ovillos de lana como armas de subversión. Sí, subversión. Desde que la globalización aterrizó con sus pantalones de lana china facturados en Tailandia y vendidos en Occidente, comprarte un chaleco en H&M es cinco veces más barato que comprarte el equivalente en lana y hacerlo tú mismo.
Tejer, algo artesanal, tomarte el tiempo, algo más caro que en los grandes almacenes…uf, que valentía.
Hace unos meses me vinieron ganas de tejer. Esa actividad que por horas hacía mi mamá leyendo un libro o conversando en una interminable obra que había que estar constantemente probando manga, puntos, puños y que, una vez listo, se convertiría en la prenda de muchos inviernos. Lo que me vino fue más que la necesidad de hacer algo como la de tejer. Sencillamente tejer.
Sin duda que hay algo en nuestro sistema cerebral que lleva al relajo en una actividad tan automática. Recuerdo mis primeras salidas con el tejido y cómo se les escapaban los ojos a las mujeres en el vagón del metro. Eran miradas de envidia. De nostalgia. Esa sensación ancestral que ya debemos tener metida en el adn femenino y que relaja. Habrá las que no, como en todo.
Mientras buscaba alguna respuesta a la pregunta “¿qué estás haciendo?” me encontré con maravillosas posibilidades como las Knitta Please, un colectivo de chicas que buscó una salida a dos problemas: la innumerable cantidad de tejidos a medio camino que nunca acabaste y las leyes antigraffiti. Las agarraron todas y se pusieron, desde el 2005 a dar vueltas por el mundo y abrigar farolas, antenas, parquímetros, señales… Aquí un video de su trabajo
Luego apareció KnitKnit , una revista monográfica mensual que cruza esta artesanía con el arte. Acaban de publicar un libro Profiles and Projects from Knitting’s New Wave sobre la escena de tejedores artistas. Además de una exposición: Lazo Radical/Tejido Subversivo.
Tienen hasta un manifesto escrito por Liz Collins, tejedora activa.
Hay además un Museo de Arte Cerebral Scientificamente Exacto y Fabricado. La traducción corre por mí pero va un poco de eso.
Luego el trabajo de Joshua Dalsimer y su tejido humano
Si hasta la muy Mala Rodríguez sale tejiendo es su último video
Desde que tengo distribuidos por mi casa lana y palos, confieso un placer indescriptible cuando veo que alguna de las visitas agarra el tejido y comienza sin parar a relajarse. Y más aún cuando le digo que no teja nada, que sencillamente teja. Allí, estamos en gestación de un nuevo proyecto: Knitting For Nothing / Tejer Para Nada.
Ay, Pollo, que tu blog es una columna de tendencias que debiesen pagar en oro.
guapa, que alguien te oiga…
En un momento, cuando estudiaba en la facultad de artes, por alguna razón que aún no me explico, me matriculé en la especialidad de arte textil. Quizás porque mi mente estaba en otro lado, o porque los ejercicios no eran tan impresionantes como el tema de las obras que descubriste (nunca por machismo), mi experiencia sólo duró dos clases.
Gran columna.
Mi profesora de Arte textil nos preguntó por qué la gente teje.
Esto contesté:
No sé porqué la gente teje. Sólo sé por qué yo lo hago.
Tejer me introspecta, me pone en trance, a transitar en una sola dirección. Ir y venir, ir y venir con la lana con las agujas con el cuerpo con la mente (así, sin comas ni interrupciones). Como hamacarse. No es casual que hayamos visto abuelitas tejer en mecedoras que marcan el ritmo- lento y constante- del tejido. Como respondiendo a un dictado puro y ancestral, es que yo tejo en trance.
Acaso sea el cordón umbilical el primer hilo que conocí, el que me mantuvo viva. Y el hilo de Ariadna, al que me aferro para no perderme, y sobrevivir, y poder salir del laberinto. Muchas veces la vida pende de un hilo, que cuando se corta nos morimos.
Así es que tejer genera vida, organismos blandos formados por la materia y la emoción, entrelazadas. Mi abuela tejía y tejía, y cuando me enseñaba no podía entender cómo empezaba yo con 15 puntos y terminaba con 20. Y es que a mí no se me pierden los puntos: se me reproducen en las manos. Mi abuela tejía mirando la tele, pero yo no me pierdo el espectáculo; me gusta ver las agujas enredándose en la lana, las manos actuando con pericia, moviéndose solas como si no fueran mías. Tejer genera vida. Es preferible usar las agujas para tejer, y no clavárselas al feto en el vientre materno.
Quizás por el amor tierno que se profesa en el tratamiento de la lana, es que el tejido se asocia a lo femenino. Pero el amor es por y para todos, y de la misma forma (y en los mismos tiempos) en que el amor se cultiva, se tejen los objetos que deben procesarse lentamente, asimilarse poco a poco: Amor, largas alegrías e interminables dolores se materializan en lana para exorcizar mi espíritu y mi cuerpo.
Hoy tengo la difícil tarea de desenredar la galleta de mi vida y reconstruir mi verdadera historia. Tejeré hasta que salga toda y pueda contemplarla entera, aunque caiga de rodillas.
Después, cuando pase el tiempo y me levante seguiré tejiendo. Porque tejer es humano, y para reivindicar lo humano es que yo tejo.
Guillermina Gruicich
Arte Textil, ESAV 2007
Knitting For Nothing / Tejer Para Nada.
¡Vivan los cuadraditos de lana de los colegios!, son mi tejer para nada, amparada en una orden paternalista de la profesora de turno, todos los años debo emprender la confección de cuadraditos, como obediente apoderada chilena que soy.
Debo confesar, que es mi forma de tejer nada, por que si, por que se me dio la gana o se me «paró el hoyo». ¿Por qué he de terminar siempre en un producto terminado y util? A mi lo que me gusta es hecharle para adelante, no pensar ni analizar mucho, sino dejarme hipnotizar por la cadencia de los palillos.
Amén
Á:
De las artesanías ancentrales… una forma que sobrevive aún, más generalizada… aunque cada vez menos. A las que hemos tejido… ¡qué movimientos internos con tu página! Reencuentros… creaciones… nuevas ganas y proyectos
Qué entretenidos nuevos caminos ha tomado el tejido!!!
Gracias
Sole A.
estoy con muchas ganas de aprender a tejer ya que es algo en lo que podemos invertir nujestro tiempo cuando no hacemos nada y tambien si aprendemos bien mas adelante quien sabe es un recurso para vivir el hilo .. y la misma palabra tejer es lo que hacemos constantemente tejemos lasos .. construimos algo … es tan simple y a la vez un arte que nuestra mente puede estar relajada para aprederla y enseñarles a otros. .. que esten intersados ..podemos hacer chompìtas chalinas.. pulseras. bueno ay k echarle mano jajaja cuidense bye